16. visita

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—¿Ya tienes tu vestido para la boda?—Le pregunto Ginny desde la cocina limpiando los platos del desayuno—Ya quedan dos días.

—Si. Ya lo tengo, lo compre hace unos días atrás—respondió Hermione teniendo en sus piernas sentando al pequeño James.

—Y ¿de qué color es? Debes verte impresionante para dejar babeando al rubio.

Soltó una carcajada notando que su mejor amiga está bastante atenta lo que pueda pasar con ella y él mago. Hasta le dio unos consejos en el desayuno que fueron graciosos.

—Es color lila...no pienses que iré con uno rojo.

—Lila. Un bonito color—Dijo Ginny encogiéndose de hombros.

—Y ¿Tu?

—Azul marino.

—Se te verá lindo, Ginny.

Ella mostró una sonrisa engreída.

Sus nervios para la boda eran reales y quería que fuera el día para poder estar con Draco en una nueva situación de vida. Como su acompañante, cosa que nunca hubiera pasado antes y está feliz de ese cambio hasta incrédula, pero para bien.

Miro la hora en su reloj y ya era momento de irse de la casa de los Potter, una casa bastante acogedora y de diámetro normal con un lindo patio adelantaron y trasero. Dejo a James el suelo yéndose a su madre caminando lento siendo precavido y Hermione agarro su bolso viendo que no se le olvide nada. Ginny le agarro la manito al niño para acercarse a ella.

—¿Ya te tienes que ir, Mione?

—Si, me iré caminando—aviso para no ir a la chimenea.

—Okey. Vamos a la puerta.

La pelirroja puso en sus brazos a James que se quejaba por querer caminar. Caminaron rápido para seguir rabiar al pequeño y se despidieron con un beso en la mejilla.

—Les mandas un saludo de nuestra parte—Ginny dijo soltando al niño al suelo, pero sin quitar la mano de la mano—Y nos vemos en la boda. Te quiero excitante.

—¡Basta, Ginny!—Rodeo los ojos divertida ya caminando por el patio delantero—Les mando tus saludos.

Ella le guiño el ojo y cerró la puerta.

Dio media vuelta enfocando donde quiere llegar y dejándose llevar por la magia se trasporto en aparición encontrándose con su casa que vivió toda su niñez y adolescencia. Miro su entorno vacío solo que oía el ruido de las olas chocar de los árboles así que se acercó tocando la puerta.

Se abrió la puerta y Jean Granger, su madre la recibió. Hermione le dio un abrazo siempre sintiéndose mal por haberle borrado la memoria hace años atrás.

—Buenas tardes, madre.

—Buenas tardes, hija. Pasa, estaba terminando en hacer el almuerzo.

Entro a su casa que alguna vez se despidió pensando que nunca más entraría. Hermione cada vez al principio siente eso culpa que después se va cuando ve que sus padres la siguen recordando y amando como ella a ellos.

Camino hacia el comedor conectado al living observando hacia los ventanales que dan al patio trasero a su padre regando las plantas.

—Tu padre y su manía con las plantas—Comento su madre yendo hacia el ventanal—¡Roger! Hermione ya ha llegado para que la vengas a saludar.

—Madre no te preocupes, yo puedo ir—dijo Hermione dejando su bolso colgado en una de las sillas y se acercó a la mujer.

—Deja que venga, podría pasar todo el día en el patio y lo necesito para que podamos almorzar los tres juntos.

Día de Enero | 𝘥𝘳𝘢𝘮𝘪𝘰𝘯𝘦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora