13. cartas

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—Le pedí que fuera conmigo, a la boda—Comentó Hermione desde su escritorio.

Ginny dejo por segundos darle de comer al pequeño James procesando y a los segundos soltó un chirrido de alegría volviendo hacer su labor de madre.

—Y ¿Que te dijo?

—Si, me dijo que sí.

El grito de celebración llegó a cada rincón de la habitación parecida a una oficina de la castaña y los bebés se quedaron mirando a su madre con sus ojos de inocencia. Albus desde la cuna y James del bebesit; una silla de comer. Y la pelirroja finalizo de darle de comer sacándolo ahí para dejarlo en la alfombra con todos los juguetes.

—Malfoy se lo tuvo que haber tomado por sorpresa ¿eh?

Recordó el rostro del rubio como su boca se abrió un poco y como sus ojos se clavaron en ella sacando la mano de la puerta de su oficina en el ministerio. Hermione en ese momento atino en sonreír sin mostrar los dientes esperando alguna respuesta.

—Pensándolo bien, reaccionó rápido diciendo que sí—contesto finalmente ella—Se veía....feliz de que lo haya pedido.

—Harry me ha dicho que, en sus juntas de amigos, Draco pregunta mucho por ti o habla lo increíble que eres con su hijo—Ginny lo soltó con inocencia pareciendo un secreto entre esposos—Creo que al también le gustas....

Mariposas estúpidas parecieron en su estómago. Odia que las emociones estén conectas ahí.

—¿También? Yo no te he dicho que me guste.

Los ojos cafés de Ginny la miraron incrédula.

—Por Dios Hermione, se nota a mil kilómetros que te gusta ese rubio egocéntrico.

Dejo de tomar atención a los informes que están en el escritorio y levantó la cabeza, preocupada de que alguien también haya deducido que tiene sentimientos por Draco, no quiere que se entere por tercero sino por ella únicamente.

Ginny se río en su cara pareciendo un sonrojado en sus mejillas.

—Tranquila, yo te conozco desde pequeñas. Se que cuando te gusta al enserió.

—Pero no le cuentes a nadie, no sé qué haría si Draco se enterará—Pidió Hermione.

—Como me pides eso sabiendo de que nunca lo contaría, Hermione. Ese ya es tu problema si quieres confesarte o no.

Hermione soltó su cuerpo relajado en la silla observando los miles de papeles que tiene en el escritorio. Ha estado tan ocupada que se le ha olvidado revisar las cartas que le han llegado o informes de su trabajo y todo por estar cuidando al pequeño Scorpius, su drama de estar sintiendo mariposas con su ex compañero de curso y la próxima boda de su mejor amigo.

Uno de esos sobres tiene algo que más le llamo la atención por la manera agresiva que fue escrito con ese lápiz color rojo.

—¿Cómo vas a ir vestida? Tienes que ir guapa para dejar embobado a ese rubio—Escucho decir Ginny y boto risa malévola—Quizás después en la noche, una nunca sabe....

—¡Ginny! No voy a tener sexo con Draco—Exclamó la castaña agarrando el sobre.

— Pero si ya lo llames por su nombre de pila.

—Y eso no significa que ahora me voy a acostar con él.

—Quien sabe....

Su amiga volvió en ver a sus pequeños hijos mientras Hermione colocaba toda atención en el sobre e intrigada lo abrió sacando la carta que está escrita con el mismo lápiz. Era lo que pensaba, no era más que obvio viendo como está en condiciones ese papel.

Día de Enero | 𝘥𝘳𝘢𝘮𝘪𝘰𝘯𝘦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora