8. charlas

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N/A: Holaaa. Lo siento por mi ausencia debido a un bloqueo escritor pero volvi a terminar este capitulo para traerlo y que le guste. 

No se cuando suba capitulo pero espero que sea para la proxima semana. Que tratará sobre la fiesta de la prometida de Ron donde habra muchas cositas. 

Espero que me disculpen por mi atrasado de muchas semanas y que disfruten el capitulo. Cuidense y nos vemos pronto. 

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Suspiró mientras discutía en su mente en cuál libro llevar sobre las estadísticas de las profecías o las leídas del futuro que acertaban los centauros porque el día de ayer por la tarde soltaron a cinco mortifagos de Azkaban dejando un sin fin de emociones entre pánico y rabia por la decisión de los Aurores, lo único bueno es que los tendrán vigilados como ella sugirió indirectamente. Hermione necesitaba hablar con los centauros o buscar información de sus acertadas esperando que nada malo ocurra.

Agarró el libro más gordo de centauros de la tienda lista para comprarlo ansiosa de llegar a casa y meterse en esas páginas llenas de información que anhelaba leer para tener alguna idea de lo que pueda ocurrir en el mundo mágico con las advertencias de estas criaturas mágicas. Caminó hacía la fila que hay en la tienda mirando a May trabajar desde la caja mientras charla con los compradores.

Cinco minutos llegó a la caja recibiendo una agradable sonrisa de su amiga rubia y le pasó el libro pesado.

—¿Como has estado May?

—Bien, aunque hayan soltado a mi tío. Mi madre no lo quiere ver—Contestó la bruja dando el monto de la compra y Hermione le pasó el dinero—¿Tú?

—No tenía ni idea que tu tío era mortifago, igualmente lo tendrán vigilado por la paz de tu madre—Dijo la Gryffindor guardando su libro en la bolsa que siempre lleva ella y May soltó un suspiro—Y yo me encuentro bien, con bastante trabajo en el ministerio.

—Me alegro Hermione. Nos vemos pronto—Dijo ella.

—Hasta luego May.

Se despidieron y Hermione salió de la biblioteca teniendo un sutil déja vu cuando la última vez que vino a la librería de había encontrado con un Draco triste y melancólico llegando a tener el conocimiento de su pena entrando sus ganas de ayudarlo. Y quien diría que ahora saliendo de esta tienda Hermione está cuidando a Scorpius Malfoy, el hijo de su ex enemigo de Hogwarts. La vida puede ser sorpresiva.

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Los días pasaron y Hermione se encontraba lista para ir a la casa de Draco para cuidar al pequeño. Vio que una carta de parte de Valentino llegó, pero la ignoró porque ella quería llegar lo más pronto al hogar de esos dos hombres y con una sonrisa estúpida lanzó los polvos flu gritando la dirección del Slytherin.

Parpadeo encontrándose a Draco que al parecer la está esperando por sus brazos cruzados mirando hacia la chimenea donde se encuentra ella y en el rostro de él apareció una sonrisa suave. Hermione salió de la chimenea.

—Hola Granger ¿Como estás?

—Bien y ¿tú?

—Bien, estresado con los liberados—Se encogió de hombros del rubio quedando al lado ella por la chimenea.

—¿Qué pasa con ellos? ¿Te están molestando?—Ella preguntó preocupada.

—Algo así, pero tenemos una charla pendiente así que ahí puedo contarte.

Hermione recordó el día lunes donde él le dijo que tenían una conversación y le agradó que se acordará el hombre. Por lo que asistió con la cabeza dejando pasar a Draco la chimenea y se despidieron con un movimiento de mano mientras él le decía dónde se encontraba el pequeño Scorpius y se marchó al ministerio quedando ella la frente de la chimenea sonriendo que salió del trance con los sonidos tiernos del bebé que está en la cuna del primero piso al lado del comedor.

Día de Enero | 𝘥𝘳𝘢𝘮𝘪𝘰𝘯𝘦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora