9. fiesta

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Se veía a través del espejo sin saber si con lo que lleva puesto al cumpleaños de Anya es lo más cómodo o ir más arreglada ya que consiste en unos jeans apretados arriba y en la parte de los pies son sueltos modo elefantes con una polera negra sin mangas apretada y unas botas del mismo color que le llegan a los tobillos.

Hermione se dejó el cabello suelto arreglando sus ondulaciones castañas quedando hasta en la cintura y se colocó poco maquillaje precisamente en los labios y un rímel en los ojos quedando conforme con su aspecto. Se sentía bonita, no como cuando iba en Hogwarts; se sentía una chica normal hasta a veces fea.

Se decidió ir con ese vestuario y agarro un bolso rojo pequeño, lo colgó en uno de sus hombros y el regalo de su amiga caminando a la chimenea que se encuentra en su departamento. Dejo en su mano un puñado de polvos flu entrando a esa parte y grito el nombre de la casa de Anya ya que Ron y ella no se han ido vivir juntos, por esperar al momento de ya estar casados. Igualmente, ya su casa está construida y lista para vivir en ese hermoso lugar.

Hermione se bañó de las llamas llegando a la gigante casa de Anya y vio la sala llena de magos y brujas charlando entre sí con copas de alcoholes en las manos. La música noto que era una banda de rock muggle y apareció una sonrisa en la castaña pasando por la gente buscando algún conocido y por supuesto a la cumpleañera.

Llegando a la puerta de la entrada, Hermione vio a Anya con Ginny riéndose de algo que ella desconoce y se acercó chocando con los ojos azules de la prometida de su mejor amigo.

—¡Hermione! Por fin llegaste—Gritó emocionada la rubia con su acento francés.

—Tampoco es que haya llegado tan tarde—Dijo ella soltando una risita y saludo a sus dos amigas pasando el obsequio a Anya—Espero que te guste.

—Claro que me va a gustar—Le guiño un ojo y con magia mando la bolsa a todos los otros regalos—Ginny me contó que vio a Valentino andando por el ministerio ¿ya hablaste con él?

Miro de reojo a la pelirroja que la veía expectante esperando alguna respuesta. En si Anya le presento a Hermione, el mago italiano por lazos antiguos de familias entonces la rubia sería una prima lejana de Valentino.

—Si, hasta salimos, pero todo fue en modo de amigos—Se encogió de hombros la castaña—Ya no estoy interesada en él.

—Que bueno porque es italiano y sabemos que son demasiados románticos con todas las mujeres, aunque estén de parejas—Comentó arrugado la nariz Anya y se separó de la pared—Después seguimos charlando, tengo que buscar a mi prometido.

—Ve por el hambriento de mi hermano—Se burló Ginny haciendo una seña hacia donde está Ron—Esta ansioso por comerse esos chocolates.

—No seas pesada con tu hermano, Ginny.

Fue lo último que dijo la rubia pasando por el medio de las otras dos brujas y Hermione se quedó mirando toda la fiesta analizando de Anya tiene demasiados amigos y conocidos por toda esa montonera de regalos que están en una mesa de aspecto antiguo.

—Y ¿Harry?—Indagó la castaña sacando de una pequeña mesa un sándwich—No lo vi con Ron.

—Esta con Draco y Blaise por ahí en la fiesta charlando de los partidos de Quidditch.

Hermione estuvo a punto de escupir el pedazo de pan con pollo y lechuga oyendo el nombre del hombre que ha estado torturando su cabeza teniendo sentimientos amorosos hacia ese rubio. Ginny la miro maliciosa dándole una botella de cerveza y ella lo recibió a gusto dando un sorbo pasando la comida.

—¿Como que esta Draco aquí?—Grito Hermione por la música más fuerte—Él no es amigo de Anya o ¿sí?

—No, pero Pansy es la diseñadora del vestido de novia de ella y también son buenas amigas—Le respondió la pelirroja sin borrar esa molestosa sonrisa—Y le preguntó a Anya si podía traer amigos y no se negó por supuesto.

Día de Enero | 𝘥𝘳𝘢𝘮𝘪𝘰𝘯𝘦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora