Rain ➵ j.b

01.

Horas Antes.

Justin POV.

-Hey Justin, amigo. -Me saludó Mark, un compañero de trabajo.

-Hey Mark. ¿Qué sucede?

-¿Quieres salir el sábado?

-¿Será una cita? -Bromeé.

-No idiota. -Rió. -Iremos todos al bar de siempre a ver un partido de baloncesto.

-Suena bien. Luego de confirmo si iré. Ahora déjame trabajar, acaba de terminar el horario del almuerzo. -Dije al escuchar el timbre que indicaba el fin del mini recreo. -Hay clientes aquí.

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-Bien, yo tengo que hacer lo mismo. -Se fue y yo resoplé.

-Hola, buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarlo? -Pregunté a un cliente. Aquí empezaba otra vez con las mismas preguntas que hacía todo el tiempo, ocho horas al día, los siete días de la semana. Ya era aburrido.

.

-Ya me voy. -Avisé mientras me ponía mi campera.

-¿Has venido en auto? -Preguntó Mark, quién aún seguía aquí.

-Sí. ¿Quieres que te lleve?

-Sí. -Sonrió.

-Vamos.

Nos despedimos de los que seguían allí y salimos a la calle. Me coloqué la capucha de mi campera protegiéndome de la lluvia, estaba diluviando.

Nos subimos al auto, y prendí la calefacción. Mojarme me había dado frío.

-Maldita lluvia. -Gruñó Mark.

-Se te ven los pezones, gatita. -Dije riendo y él me pegó un golpe.

-Vuelve a pegarme y te bajas de mi auto.

-¡No! -Reímos y comencé a manejar, metiéndome en el tráfico de Seattle.

-Gracias por traerme bro. -Dijo Mark cuando estacioné frente a su departamento.

-No hay de qué. Nos vemos mañana.

-Nos vemos mañana. -Se bajó del auto y comencé a manejar otra vez.

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Horas despues.

Puse la radio y comenzó a sonar Ed Sheeran. Ese tipo cantaba realmente bien.

No quiero sonar como un gay, pero tengo que admitir que su música es genial.

Iba cantando Don't, cuando las luces de mi auto iluminan una silueta de mujer, que estaba bastante cerca del auto.

Toqué vocina repetidas veces, pero la mujer no escuchaba.

-¡Cuidado, preciosa! -Grité antes de chocarla, pero no escuchó la bocina, ni vio el auto.

Me bajé del auto rápidamente algo abrumado. Corrí, mientras la lluvia me empapaba, hacia la parte delantera del auto, y una chica realmente hermosa estaba tirada en el piso.

-¡Oh dios! -Exclamé y caminé rápido a ella. -¿Estás bien? -Bajé a su altura.

Ella levantó la vista, y, creo que vi un ángel. Un hermoso ángel de ojos celestes y pelo castaño.

-¿¡Eres idiota que no puedes manejar bien!? ¡Me has atropellado! -Gritó mientras se sacaba las gotas de lluvia de la cara.

-Perdón, lo siento muchísimo. Tú no has escuchado la bocina, ni viste el auto. Lo siento mucho. ¿Te encuentras bien?