35.

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«¡Penúltimo capítulo!»

Los minutos seguían pasando y Justin no recibía ninguna noticia de Bethany ni de la bebé. El padre de Beth ya había llegado a la clínica y claro que no fue la mejor situación para que él y Justin se conocieran.

Justin se tiró del cabello por enésima vez y reprimió el llanto, debía ser fuerte y mandarle fuerzas a Bethany. Ella no podía morir.

-¿Qué ha pasado con ella? -Se atrevió a preguntar el padre de Bethany, quien no podía más de los nervios.

-Su ex novio apareció borracho en su casa. Llegué a tiempo pero no fue suficiente porque el muy hijo de perra nos tomó desprevenidos y golpeó a Beth en el vientre. -Explicó Justin y no pudo contener el llanto.

Anthony, el padre de Bethany, colocó su mano en el hombro de Justin y lo apretó. Parecía un buen muchacho que realmente estaba sufriendo por su hija.

-Mi hija es fuerte, ella saldrá adelante junto a la bebé. -Fingió una sonrisa.

Y eso era lo que más deseaba. No podría soportar que Bethany abandonara este mundo estando enojada con él. Había sido un estúpido por enojarse al enterarse que iba a ser abuelo.

-Tú puedes bebé. -Murmuró para él mismo.

En el otro lado de la clínica, en el quirófano para ser más exactos, todos se encontraban concentrados en Bethany. Pudieron sacar a la bebé y ahora se encontraba en una incubadora. Debían vigilarla muy de cerca, era demasiado pequeña y podía pasar cualquier cosa.

-¡Hay otra hemorragia! -Exclamó la obstetra de Bethany, quién se encontraba vigilando todo a un lado.

-¡Tienen treinta segundos para detenerla! -Gritó el cirujano y comenzaron a hacer todo lo necesario.

Los segundos pasaban pero no había caso, Bethany estaba perdiendo mucha sangre y la estaban perdiendo de este mundo.

-¡La estamos perdiendo! -Gritó una doctora mirando los signos vitales de Bethany en una pantalla.

Cuando se cumplieron los treinta segundos, la máquina que mostraba los latidos del corazón de Bethany hizo un ruido ensordecedor y mostró una línea recta, indicando que ya no latía más.

-¡Reanimación! -Gritó el cirujano desesperado.

Colocaron el aparato de reanimación sobre el pecho de Bethany y ésta saltó en la camilla. Repitieron la acción tres veces y cada una con más intensidad, pero nada había funcionado. La habían perdido.

El cirujano se sacó el barbijo y se pasó las manos por el rostro destrozado. No lo habían logrado. Habían dejado a un chico sin su novia, y lo peor de todo a una bebé sin su madre. El ambiente en el quirófano era de tristeza. Algunos se encontraban molestos en una punta mientras otros desconectaban a Bethany y la limpiaban. La obstetra le tocó el cuello con la esperanza de encontrar pulso, pero ya no había nada.

-Buen trabajo de todos modos muchachos, han dado todo de ustedes. -Felicitó. -Ahora por favor los encargados de neonatología cuiden a esa niña, tiene que vivir.

Se quitó el traje especial, se lavó las manos y salió del quirófano acompañado de la obstetra. Ambos se estaban preparando mentalmente. Nunca era fácil dar estas noticias tan fuertes.

Justin se levantó al ver que la obstetra de Bethany se acercaba acompañada de un hombre. Comenzó a desesperarse cuando estuvieron a unos metros, la cara de ellos no era muy alentadora.

-¿Qué ha pasado? ¿Cómo se encuentran? -Preguntó Justin dándose aire con la mano.

El hombre tragó grueso y negó con su cabeza.

Rain ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora