24.

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Justin's Point of View.

Solté a Bethany, quien no dejaba de llorar y me coloqué delante de ella. Ya llevábamos diez minutos aquí dentro y ninguno decía nada estábamos en shock. Me senté en el retrete con la prueba aún en mi mano y miré a Bethany, quien no levantaba su mirada del piso.

-Si te preocupa que no me haga cargo, quédate tranquila que estaré aquí contigo. -Dije y ella asintió aún llorando.

Dejé la prueba a un lado y me levanté para caminar hacia ella. La tomé por la cintura y luego de besar su mejilla, la abracé fuertemente. Acaricié su espalda cuando ella sollozó más fuerte y la apreté más a mi cuerpo.

-Tranquila hermosa, podremos salir adelante. -Dije.

-Pero tú ya tendrás una hija Justin. Te volverás loco para juntar el dinero. -Dijo y sonreí.

-Linda, yo he metido a esos bebés donde están, así que yo me haré cargo. Y todavía no sabemos si la bebé de Jenna es mía. -Besé su nariz.

-Pero te volverás loco. -Lloró.

-Basta con eso bebé. Tú no tienes que preocuparte por eso. Este bebé tendrá todo lo esencial.

-Te amo. -Dijo tomando mi rostro y mi corazón saltó. No sé porque todavía no le había pedido que sea mi novia. Acerqué mi rostro al de ella y la besé tiernamente.

-Yo te amo a ti pequeña. -Dije cuando nos separamos.

Tomé su mano y luego la prueba de embarazo para salir del baño. Cerré la puerta tras nosotros y caminamos hacia la sala. Hice que Bethany se sentara en el sofá y yo me senté en frente suyo.

-¿Estás mejor? -Pregunté dejando la prueba sobre la mesita que estaba delante de nosotros.

-Creo que sí. -Susurró mirando fijamente la prueba y la tomó. -Pero aún no puedo creerlo.

-Ni yo pequeña. -Negué.

-Perdón por no querer contártelo. -Dijo y sonreí.

-No te preocupes linda, lo hacías para ayudarme a mí. -Respondí y acaricié su mejilla. -Estás pálida. -Dije preocupado. -¿Quieres comer algo? -Pregunté y sonrió.

-Sí, por favor. -Pidió y asentí. Me levanté y caminé rápidamente hacia la cocina.

Abrí el mueble y agarré pan de allí, luego abrí la heladera y saqué jamón con queso fresco, Bethany siempre tenía esto en casa, le encantaba. Puse agua a calentar y coloqué un saquito de té en una taza, comencé a hacer los sándwiches para luego ponerlos a tostar. Me apoyé en la encimera y me puse a pensar en el bebé que venía. Faltaba poco para que la bebé de Jenna naciera y yo pudiera saber si era mi hija o no.

Afrontaría las consecuencias de mis actos y me haría cargo de este bebé. Además no podía quejarme, la madre sería Bethany, eso me hacía feliz. Pero lo que no me gusta, es que aún no éramos nada, tengo que comenzar a planear como pedirle que sea mi novia sin que ella sienta que lo hago por obligación. Supongo que tendría que pedir un poco de ayuda.

Una vez que estuvo el agua lista, la puse en la tasa y saqué son sándwiches de la tostadora. Los coloqué en un plato y luego coloqué todo en una bandeja. Lo tomé y comencé a caminar hacia la sala, donde me encontré a Bethany con la remera levantada hasta los pechos acariciando su aún plano vientre. Sonreí y dejé el plato en la mesa delante de nosotros. Me senté a su lado y coloqué mi mano sobre la suya. Ella me miró con un brillo especial en sus ojos que me hizo sentir bien y besé sus labios.

-Saldremos adelante juntos, los tres. -Susurré.

{...}

Me acomodé en la cama quedando acostado frente a frente con Bethany, ella estaba con el ceño fruncido y los ojos cerrados intentando tomar aire para que sus náuseas se fueran. Hace unos minutos había vomitado todo lo que había comido y no sabía que hacer ahora, lo único que pude hacer fue tener su pelo y sobar su espalda, pero me gustaría hacer más, como hacer que deje de vomitar y sentirse mal.

-¿Cómo te sientes? -Pregunté acariciando su cabello.

-Agotada y con dolor de estómago. -Respondió y la miré preocupado. -Es normal luego de vomitar, siempre me duele, al bebé no le pasa nada. -Dijo antes de que yo preguntara y sonreí.

-Si quieres ir a la clínica tú sólo dime. -Dije y ella asintió.

-Está bien. -Respondió y se volteó quedando boca arriba. -Estos meses serán una tortura. -Se quejó.

-Supongo que lo serán, pero mira el lado bueno, podrás estar todo el día acostada. -Dije.

-No, claro que no, tengo que seguir trabajando. -Dijo y fruncí el ceño.

-No Bethany, no puedes seguir trabajando estando embarazada.

-Pediré licencia para el último trimestre, pero por ahora no puedo dejar de trabajar.

-Claro que puedes Bethany, maldición. -Dije y pasé una mano por mi rostro.

-Tranquilo Justin, no pasará nada. Ni que fuera un trabajo tan complicado.

-Sé que no es complicado preciosa, que vendes y acomodas ropa, pero eso implica tener que subir escaleras y te puedes lastimar.

-No me lastimaré Justin. -Puso sus ojos en blanco. -De todos modos hablaré con mi jefa por las dudas, pero seguiré trabajando.

-Bien. -Bufé y me senté en la cama.

-¡Justin! -Exclamó y la miré rápidamente asustado.

-¿Qué sucede? -Me acerqué a ella. -¿Te sientes bien? ¿Quieres ir al médico? -Pregunté rápidamente.

-Tengo un antojo. -Dijo riendo y solté todo el aire de golpe.

-¡Maldición Beth! -Me senté nuevamente en la cama y escondí mi cabeza entre mis manos. -Me habías asustado nena.

-Lo siento. -Dijo y sonreí.

-¿Qué es lo que se te antoja? -Pregunté.

-Pastel de chocolate. -Se lamió los labios y solté una carcajada. Hace sólo unos minutos estaba vomitando y ahora quería comer nuevamente.

-¿Me acompañas a comprar? -Pregunté y ella asintió rápidamente.

-¡Sí! -Exclamó y se levantó de la cama para ponerse sus zapatillas.

Yo también me levanté y me coloqué mis zapatillas. Salimos de la habitación y tomé las llaves de mi auto, Beth tomó lo que necesitaba y salimos de la casa directo al auto. Una vez en el, emprendimos camino directo a alguna panadería donde podría comprar el pastel. Beth se estiró para colocar música y sonreí que estaban pasando Ed Sheeran en la radio.

-¿De qué te ríes? -Preguntó.

-El día que te conocí, cuando casi te atropello, iba escuchando esta canción. -Dije haciendo que ella sonriera.

-Que recuerdo. -Apoyó su cabeza en el asiento.

-Lo sé, uno muy bonito.

-¡No fue bonito, casi me atropellas! -Exclamó.

-Sí es bonito, porque no te atropellé y te conocí. -Sonreí y coloqué mi mano sobre su pierna.

-Eso sí es bonito. -Sonrió.

-Lo sé.

-He cambiado de opinión. -Dijo y la miré con el ceño fruncido.

-¿De qué hablas pequeña? -Pregunté.

-Ahora quiero cupcakes de chocolate. -Dijo. -O de vainilla, o de los dos. O no sé si sigo queriendo pastel. ¿Tú que dices? -Preguntó poniendo su mano en su barbilla.

-Bien. -Puse mis ojos en blanco mientras reía. -Si no te decides compraremos los dos, no te preocupes.

-Por eso te amo tanto. -Dijo acercándose para besar mi mejilla y sonreí sin despegar mi mirada de la calle.

-¿Y el bebé también me ama? -Pregunté haciendo puchero.

-Sí, ambos te amamos. -Respondió y reímos.

Estos meses serían duros, pero si seguíamos con este ánimo en este ambiente familiar, saldríamos adelante fácilmente.

Rain ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora