Rain ➵ j.b

16.

Justin's Point Of View.

Terminé de alistarme y salí de mi habitación luego de tomar mi celular.

Hoy tendría una cita, si así quieren llamarle, con Bethany.

Luego de que estuve mucho tiempo entre contarle a mi amigo lo de su ex novia o no contarle, se lo conté y a él no le importó mucho. Por supuesto que se sorprendió un poco, pero luego cambió de tema. Así que obviamente me preocupé para nada.

Luego de eso, le pedí una cita a Bethany, ya que ella había estado tranquilizándome estos días en los que estuve muy estresado.

¿Me estaré enamorando de ella?

Sonreí al pensar eso y tomé las llaves de mi auto. Salí de mi casa y me monté en el.

Aquí vamos Bieber, hoy será tu noche romántica junto a Bethany.

{...}

Cuando bajé de mi auto, mis nervios aumentaron más. Hacia mucho que no tenía una cita.

Caminé lentamente hacia la puerta de la casa de Bethany y toqué tres veces. Estrujé mis manos detrás de mi espalda y suspiré. Maldición, olvidé como se hacía esto.

Segundos después, la puerta se abrió, dejándome ver a una hermosa Bethany con un hermoso vestido rojo suelto y unos zapatos altos negros que le quedaban de muerte.

-Bethany. -Murmuré y tomé se mano para que de una vuelta. -Estás hermosa. -Alagué.

-Tú estás muy bonito. -Respondió sonrojada y besé su mano. La acerqué de un tirón a mí, haciendo que apoye su otra mano en mi pecho, y la besé.

Ella sonrió entre el beso y me lo siguió. Era tan adictivo besarla, que podría estár toda la noche así.

Cuando nos separamos, ella volvió a sonreirme.

-¿Nos vamos? -Pregunté tomando su mano.

-¡Sí! -Exclamó emocionada y tomó mi brazo.

Entramos a la casa unos segundos para tomar su bolso y volvimos a salir.

Entramos a mi auto y abrochamos nuestros cinturones para emprender camino al lugar donde tendríamos nuestra cita.

-¿Dónde iremos? -Preguntó mirándome fijamente.

-A un restaurante. -Respondí nervioso. -Siento mucho que sea tan cliché, pero hace mucho no tenía una cita, la próxima será un lugar fuera de lo común. -Respondí tomando su mano, la cual descansaba sobre su mano.

-No me interesa que sea una cita cliché, mientras que sea contigo, nada importa. -Respondió y mi cuerpo se relajó en segundos.

¿La quiero? Yo creo que sí, le he tomado mucho cariño, y no le pido a cualquiera una cita. Para pedirle una cita a una chica, me tiene que importar mucho. Y como dije, hace bastante tiempo no tenía una cita, así que Bethany es la que ha llamado mi atención en mucho tiempo.

{...}

-Reserva para Justin Bieber. -Respondí al hombre que estaba en la entrada del lujoso restaurante.

No siempre me daba el lujo de venir a lugares así, sólo venía a lugares lujosos para ocasiones especiales, y esta era una.

El señor con traje elegante nos guió por todo el lugar hasta parar frente a una mesa para dos, justo al lado de una ventana que daba a un jardín muy iluminado y lindo.

Corrí la silla de Bethany para que ella se siente y cuando lo hizo, la acerqué a la mesa nuevamente. Me senté frente a ella y tomé la carta.

-¿Qué pedirán? -Preguntó un mozo con una libreta en sus manos y ojeé la carta.

-¿Qué pedirás tú Beth? -Pregunté y ella dejó su carta sobre la mesa.

-Lasaña. -Respondió decidida y asentí.

-Lo mismo que ella.

-Bien. -Respondió el mozo anotando en su libreta. -¿Para beber?

-Vino blanco. -Respondí y él asintió.

-En unos momentos traerán su comida. -Dijo y se retiró.

-Es un lugar muy lindo, Justin. -Dijo Beth mirando todo.

-¿Te gusta? -Sonreí tomando su mano.

-Sí, mucho. -Me sonrió.

-Me alegra mucho eso. -Tomé su mano y la besé.

-Te quiero Justin. -Dijo y mi corazón brincó de alegría.

-Yo te quiero más a ti, pequeña. -Sonreí y ella se sonrojó.

{...}

Una hora después, salimos al pequeño e iluminado jardín que llevábamos observando hace un rato y tomé su mano para dirigirnos  a un banco que había allí.

Puse mi brazo sobre sus hombros y ella recostó su cabeza en mi pecho. Besé su cabello y me quedé unos segundos aspirando su maravilloso olor.

-Justin. -Me llamó aún sin mirarme.

-¿Qué princesa? -Pregunté mirando las estrellas. Quería comparar a Bethany con alguna, pero no podía, ella era más hermosa que las estrellas.

-Gracias por esta maravillosa noche. -Dijo y subió su cabeza para besarme.

-Gracias a ti por hacerme feliz. -Respondí acariciando su mejilla.

Y sí, definitivamente la quería, muchísimo.