2. Encuentros furtivos

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Victoria Clifford.

Decido no responder e ir de una vez, cuando llegó muchos me ven raro, no suelo venir aquí a menos que mi hermano me lo pida, y bueno él está en las duchas, sigo caminando hasta el último bloque y lo veo ahí, con solo una toalla rodeando su cintura, en su espalda tiene un tatuaje de una serpiente en un rosal, solo lo había visto cuando vamos de paseo, porqué sí, él también va a los paseos familiares, se está aplicando gel, cuando se da cuenta que lo estoy mirando, voltea y me pregunta.

- ¿Disfrutando de la vista? -

- Algo -

- Ven - Me indica, amo cuando me da órdenes, creo que eso es un fetiche ya.

Me acerco y él me agarra de la cintura acercándome a su pecho desnudo y húmedo, su cabello sigue goteando, es lo más sexy que pude haber visto en mi vida.

- ¿Te puedo besar? - Me pregunta, pero en realidad no le prestó mucha atención, estoy concentrada viendo sus bíceps.

- Si - Es lo que respondo, es seco, pero a la vez desesperado

Inmediatamente me toma la barbilla y la alza, lo suficiente para un leve toque de labios, cuando me preguntó si me podía besar, no me imaginé ésto, así que soy yo la que decide profundizarlo, lo tomó del cuello y lo traigo hacia mí, haciendo que su cuerpo se incline más, me cuelgo prácticamente de su pecho, estoy de puntillas y sus manos rodean mi cadera, el beso se torna cada vez más intenso, hasta me da un leve apretón en las nalgas, ¡Joder! Me encanta eso; enredo mis dedos en su cabello goteante, las paso por sus hombres y las dejo descansar en su pecho. Segundos después nos separamos apenas escuchamos la risa de mi hermano por el pasillo, ambos nos miramos asustados, así que nos separamos y yo me voy por el pasillo encontrándome con Valentín y el corazón latiendome a mil por hora, cuando me ve, su mirada dice, ¿Qué haces aquí? Así que decido explicarle.

- Te estaba esperando -
¡Ah! Que bien, así te puedo dar tu regalo de una vez - Me dice emocionado y tomando el nudo de toalla, mientras se dirige hacía el último bloque.

- ¿Regalo? - Le pregunto.

- Sip, eres la mejor hermana que podría tener, así que decidí regalarte ésto - Me dice, mientras me muestra una cajita que acaba de sacar de su casillero, cuando la abre, puedo ver un relicario con una foto de él cargándome cuando era una bebé.

-Valentín, ésto es súper hermoso Gracias - Le digo, mientras salto a sus brazos y él me toma muy alegre de que me haya gustado su regalo. Al bajarme dejo que me lo coloque.

- Bueno, ya vete, para que pueda vestirme - Me dice apurado, ya que papá debe estar asando las hamburguesas que siempre hace luego de cada juego, ganen o no.
Bien, adiós -

- ¡Adiós! - Escucho a los chicos del equipo gritar al tiempo.

Al salir, mi teléfono vuelve a timbrar, al desbloquearlo, veo que es otro mensaje de Ethan, ¡Dios! ¿Dos mensajes en un día de éste hombre? Quién lo diría, ¿Le habrá gustado el beso? Su cuerpo dijo que sí, así que dudo mucho que a él no.

Ethan: Espérame en la parte trasera de la universidad, pasaré por ti.

¡Joder! ¿Pasará por mí y me llevará a casa? Creo que no puedo pedir más en ésta vida, ya me había montado en su Mercedes Benz negro, pero era con mi hermano, ahora será solos, ya que mi hermano tiene su auto.

¡Basta Victoria! Es el mejor amigo de tu hermano, me regaña mi conciencia, sí, pero ya nos besamos, otro besito no le hace mal al cuerpo, ¿Verdad? Claro que no, y menos viniendo de éste ser humano que parece que ha sido tallado por los ángeles o sus padres hicieron un buen trabajo procreando y lo hicieron con mucha paciencia, si debe ser eso definitivamente.

Amor en el campus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora