Amor en el campus.

5. Extra

Ethan Blossom.

Miro la cajita dorada con tulipanes bordados, en mis manos le doy vueltas igual que las que da mi cabeza en éstos momentos, he estado pensando la última semana en como pedirle matrimonio a Victoria, está embarazada, no quiero romper la tradición de el matrimonio, la familia, pero no hallo la forma en hacerlo, lo quería hacer íntimo y romántico, pero como Victoria tal y como cambia de opinión con sus antojos, yo cambio de opinión de como pedirle matrimonio.

Salgo de mi habitación y veo absolutamente todo vacío, triste, desolado, y recuerdo que vivo solo, no es lo mismo vivir con un niño y tus padres que vivir solo, al principio me gustaba, porque podía hacer lo que quisiera y ahora es totalmente triste, no hay nadie quien llegue a saludarme luego de los entrenamientos, Victoria está trabajando y sigue viviendo con sus padres, Sonya y Valentín se tienen el uno al otro.

Tomo mi teléfono y llamo a Sonya para que me ayude a planear, porque de verdad que esos cambios se me pegan a mí.

— ¿Si? —

— Necesito tu ayuda o moriré. —

— ¿Que sucede? —

— No sé como pedirle matrimonio a Victoria, tenía algo planeado, como llevarla a una cena, luego dar un paseo nocturno y pedirle matrimonio no sé, mientras veíamos la luna, o alguna estrella fugaz, yo qué carajos sé, pero de verdad que eso no puede ir, mamá dice que no puede salir tan tarde, ya que se podría enfermar y estando embarazada puede ser peor. — Explico

— Calma vaquero, más lento, ¿Si? Ya voy a tu departamento y allá planeamos la pedida. —

— Trae hamburguesas con doble carne. — Pido

— Así que es en serio, ¿Eh? Bueno, ya voy, dame diez minutos. — Dice

— ¿Estás follando? — Pregunto

— No. — Si. — Dice Valentín al fondo, oigo un golpe y quejas, pero corto y voy a la sala, tomo algo de agua y me siento frente a la tv, esperando la llegada de mi prima.

Pasan alrededor de treinta minutos cuando suena el timbre, me levanto y abro la puerta, Sonya alza las bolsas llenas de comida y refresco.

— Pasa. —

— Si, ya me di cuenta que el helado fue necesario. — Dice y eso me alegra un poco más. Ella entra y voy detrás de ella como perro faldero, abrimos las cajas y yo tomo mis dos hamburguesas, helado y refresco, ella por su lado, compró Nuggets con papas fritas.

Pone una película y ahí nos quedamos comiendo, riendo y llorando, pues vemos Shrek 2 y es suficiente para hacerme llorar. Al cabo de unos minutos, ella pausa la película y yo le miro desconcertado mientras le doy el último mordisco a mi hamburguesa o lo que quedaba de ella.

— Traga y hablemos sobre la propuesta, Valentín me dijo que debía llegar temprano para terminar lo que empezamos. —

— No quiero detalles, gracias. — Digo y ella suelta una risa para nada delicada, incluso ronca, igual que Victoria.

— Pues perdón, señor virgen que no va a tener un bebé dentro de cinco meses. —

— Ya, anda, empecemos para que vayas a recuperar tu líbido. —