3. En el baño

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Victoria Clifford.

Esa repentina confesión me deja atónita, no sabía que él gustaba de mí y tampoco se notaba.

- Di algo, Victoria, por favor - Me pide suplicante.

- Yo no sé qué decir, no esperaba que yo te gustará -

- Pues lo haces, y desde hace dos años más o menos - Me dice mirándome fijamente, hay algo en sus ojos que me hace querer abrazarlo y lo hago, éste se aferra a mi cintura. - ¿Quieres que empecemos a salir? - Me pregunta al deshacer el abrazo.

- ¿Empezar a salir? Pero eres el mejor amigo de mi hermano- Le recuerdo.

- Yo nunca he dicho que sea secreta, privada sí, secreta jamás - Me aclara. A decir verdad, nunca lo ví salir con alguien en los dos últimos años, ¿Fue por qué le gustaba?

- ¿Tú no saliste con nadie en estos años, por mí? No debes responder si no quieres, entiendo cualquier razón - Le aclaro, pero muy en el fondo, quiero que me diga si es así o no.

- Si, es así - Me afirma, joder, no ha salido con nadie. - No fue por qué no tuviera invitaciones, pero es que ninguna eras tú, ninguna de ellas tenía tu bonita sonrisa, tus ojitos cafés, tu cabello y sobre todo tu hermoso corazón.  - ¡Demonios! Me siento culpable por alguna razón, tal vez porque las rechazó, no lo sé.

- ¿Nos vamos a casa? - Lo sé, es un momento en el que no debía preguntar eso, pero no sé qué hacer con tanta información.

- Ah, está bien, ponte el cinturón de seguridad - En su cara noto decepción, así que decido retractarme, no quiero que se sienta mal por mi culpa.

- Ethan, podemos empezar a salir, claro si tú también quieres en éste momento - Me mira algo confundido, si fuera él también miraría así.

- ¿Estás segura? - Asiento, seguido de eso, se acerca a mí, me toma de la nuca,  me acerca a él, pero al ver que es muy lento para besarme, lo hago yo, el beso no es nada tierno, es apasionado, lujurioso, como si quisiéramos volver a follar aquí. 

- Ethan - Susurro en medio del beso - Llévame a casa, debemos llegar temprano o mi hermano me matará.

- Ok, preciosa. -

Dicho ésto, arranca, para hacer el viaje más ligero, pongo algo de música y ésto funciona ya que la tensión se desvanece rápidamente; cuando estamos en un semáforo él aprovecha y coloca su mano izquierda en mi muslo y lo acaricia suavemente y me mira, le doy una pequeña sonrisa y le doy un beso, que más bien es un roce, ya que un tonto que viene detrás empieza a tocar el claxon. Al llegar a casa y haber estacionado, mi hermano al verme bajar camina hacia nosotros y nos pregunta.

- ¿Por qué vienes con él? Pensé que vendrías con el equipo. - Cuestiona mi hermano.

- Oh, bueno, el equipo tenía otros planes y estaba viniendo a pie, cuando él me encontró y dijo que me daría el aventón. - Le miento, si claro, me encontró, más bien, me folló.

- Gracias hermano, pero la próxima vez que el equipo te deje botada, me avisas y tu hermanito va por ti, sabes que no eres un peso para mí. -

- Está bien, no te preocupes. Iré a comer. - Ellos asienten y yo me voy, no estoy muy lejos de ellos cuando escucho a mi hermano darle las gracias a Ethan por todo lo que hace por mí cuando él no puede, una espinita de culpa se instala en mi corazón, me siento mal por mentirle a mi hermano, pero a la vez me siento tan bien porqué por fin puedo estar con el hombre que me gusta. A escondidas, pero, algo es algo, ¿No?

- ¡Hola!. - Digo cuando estoy cerca de mamá y papá, quienes están asando la carne para las hamburguesas, me imagino cuántas debe llevar mi hermano.

Amor en el campus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora