4. Películas

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Ethan Blossom.

Joder, que día, ha sido demasiado caliente, y no solo por la primavera, sino por ella. Cuando entro a la habitación de Valentín, él está jugando en su Xbox, cuando se da cuenta que no está solo, habla.

- Oye, en serio, cuando te la jales no le pongas tanto volumen a los vídeos, no vaya a ser que Vic quede traumada, suficiente con el haberme visto con mi ex novia. - Me dice sin despegar la vista de la pantalla plana.

- Si, si, como tú digas. - Tomo un pantalón de cuadros, pero me lo arrebata. - ¿Qué haces? Dame acá antes de que alguien entre. -

- Vic no entra a mi habitación sin tocar, así que no te preocupes, no te verá la polla. - Si supiera que estuve a punto de hacer que me la chupara en el auto. - Hablo, muy en serio cuando te digo ésto, hermano, de verdad, si quieres ver tus videos y jalartela ve abajo. -

- Si, ya, entendí. Cálmate. - Le digo arrebatando le mis pantalones y colocándome los.

- Bien. Cámbiate rápido para jugar. - Me dice.

- Ujumm. -

Cuando he terminado de cambiarme, salgo y me dirijo a la cocina la veo buscando en la alacena de puntillas, me pongo detrás de ella y le alcanzó las galletas que buscaba, son sus favoritas, cuando las bajo, ella me está mirando con una gran sonrisa de oreja a oreja, parece que los orgasmos funcionaron para hacer su noche aún mejor.

- Gracias. Parece que cada vez que necesito ayuda, apareces. -

- Bueno, Vic alerta está sonando mucho. -

- Si, igual que la vez que me salvaste de ahogarme en la piscina cuando no sabía nadar aún. -

- Si, igual que aquella vez. Dios, recuerdo toda el agua que botaste, fue horrendo. -

- Bueno, ya, dame las galletas. -

- Lo voy a pensar. - Le digo, molestando la.

- ¿Qué? ¡No! Dame las galletas. Ethan Blossom, dame mis galletas ahora.

Molestando la aún más, las alzó, mido 1.95 y ella 1.58, la diferencia es demasiada y aún así ella intenta saltar, haciendo que sus pechos reboten en mi cara, literalmente en mi cara, pero quedó sorprendido cuando veo que se monta en el mesón, me da una vista impresionante de su culo y de su short de pijama metido entre sus mejillas y sin pensarlo, la nalgueo, ella asombrada voltea.

- ¿Qué te pasa imbécil? - Me regaña.

- Entonces bájate de ahí. -

- No hasta que me des mis galletas. - Dicho eso, se para en el mesón e intenta tomar las galletas, pero yo empiezo a caminar hacia afuera de la cocina.

La veo bajarse y salir corriendo en mi dirección, así que empiezo a correr hasta llegar a la habitación de su hermano, cierro la puerta detrás de mí y le doy las galletas a Valentín y me siento a su lado.

- ¡Imbécil dame mis galletas! - Llega gritando y abriendo la puerta de Valentín de manera demasiado brusca haciendo que ésta se azote contra la pared.

- ¿Qué te pasa, Vic?

- Que el imbécil de tu amigo me robó MIS galletas. -

Amor en el campus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora