18. Psicólogo.

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Ethan Blossom.

Hoy es mi segunda sesión con el psicólogo, es algo fuerte, pero necesario, ya dos semanas de que Aria está en la cárcel, hace una, están hecho mierda, hoy estoy hecho mierda, pero feliz porque Victoria y yo hemos llegado a un punto dónde me imaginé con nadie, ni siquiera con ella, ahora hemos fortalecido nuestra confianza y nuestro amor.

Yo: Castañita bonita, hasta el fin de las galaxias. Me voy a mi sesión, nos vemos luego.

Castaña.🌷: Vale, hasta el fin de las galaxias, cariño, maneja con cuidado y me avisas cuando llegues, por favor.

Yo: Ok, bonita.

Bien, ahora que ya le he avisado en dónde estaré en las próximas dos horas, puedo estar tranquilo, no quiero que piense que la ignoro o algo así, ésto está resultando demasiado bonito como para arruinarlo; cuando estoy frente al edificio donde está la oficina de mi psicólogo, saco mi teléfono, me tomo una selfie y se la envío con un mensaje.

Yo: Tu hermoso novio ya llegado a su destino, nos vemos. :)

Castaña.🌷: JAJAJA, bien, adiós. :)

Salgo de mi auto, y tocó el timbre para que el guardia me abra la puerta, dos minutos después, alza la cabeza de la computadora y me ve, me saluda y me da el pase, huele a canela y manzana, es algo fuerte, pero en lo personal, me encanta, de hecho mi auto tiene ese olor gracias a la silicona que le echo para encerar los cojines y a Vic le fascina, así que eso es lo que importa.

Llego al ascensor y espero a que este baje, cuando se abren las puertas, veo a una pareja de ancianos discutiendo, cuando me ven se callan y salen y siguen discutiendo, suelto una risita porque me he acordado de Victoria, creo que esos seríamos así si llegáramos a casarnos y pasar el resto de nuestras vidas juntos, ella en las gradas animandome y yo en el campo dándolo todo para que se sienta orgullosa de tenerme como su pareja. Cuando he llegado al quinto piso, salgo y voy hacia la oficina de mi terapeuta, tocó con tres golpecitos y un leve pase, me hace abrir la puerta y cerrarla atrás de mí, mi psicólogo el señor Vega, me hace una seña para que me siente en el sillón frente a su escritorio, cuando lo hago él se acomoda y pregunta.

- ¿Que tal éstos últimos días? ¿Ya no tienes pesadillas? -

- No señor, ya no las tengo, pero creo que es porque últimamente entreno más que los demás y bueno, la universidad me consume demasiado. - Digo, él asiente y anota en su libreta.

- Bien, cuéntame, ¿Cómo te has sentido en general? ¿Crees que los otros te juzgan por haber sido abusado? - Pregunta.

- No, a decir verdad, nadie me presta atención, Valentín me dijo que las personas al principio hacían preguntas incluso me mandaron anchetas de "tu puedes guerrero" pero todo eso acabo, y eso me alivia, porque siento que no debo explicaciones a nadie. -

- Bien, eso es bueno, ya te estás sintiendo mejor y te veo más robusto de lo normal, el entrenamiento es duro, ¿No? - Asiento, él sabe que lo es, jugo en la universidad pero no se dedicó a las grandes ligas, prefirió su carrera.

- También me he sentido aliviado, he reforzado mi comunicación con mi novia y ahora estamos mejor que nunca, sé que es así, tenemos mejor comunicación, mejoramos mucho a decir verdad. - Él me da una sonrisa y sigue escribiendo en su libreta.

Amor en el campus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora