Amor, aquella sensación de satisfacción y cariño que tienes ante aquellos que amas. Todo empieza por la familia, el primer círculo al que erteneces y el primero en el que comienzas a desarrollar los sentimientos de los que hablo. Pero muchos de los que conozco se centran más en los sentimientos fuera de ese círculo, las relaciones amorosas con personas ajenas a tu familia son normales, pero yo nunca fuí capaz de comprenderlas.
La verdad es que nací un poco diferente a las demás personas, y es que al nacer me diagnosticaron un considerable grado de autismo, además de una falta de desarrollo en la parte frontal derecha de mi cerebro, por lo que nunca pude expresar mis sentimientos como quería.
Por otro lado mi infancia fue normal, mi madre me crío a mi y a mi hermano de buena manera, podía comprender la ética y la moral, pero lamentablemente no era capaz de ponerlas a prueba, pues mi falta de emociones no me permitía comprenderlas en otros, razón por la que en el preescolar y comienzo de la primaria nunca tuve amigos.
Mi infancia no fue la gran cosa, pero cuenta mi madre que hubo un punto en el que pude hacer un amigo, específicamente mi vecino de ese entonces, pero lamentablemente yo no podía recordarlo, cosas que me hacía caer el tristeza de vez en cuando, pues lo único que me llegaba a la cabeza cuando trataba de recordarlo era una sonrisa sin rostro.
Desde siempre y lamentablemente nunca tuve una relación muy buena con gente ajena a mi familia, al parecer era raro, un chico que no hablaba ni expresaba nada a nadie, ni siquiera me gusta el contacto físico. Esas fueron razones suficientes para que la única convivencia fuera mi familia.
Uno creería que después de todo lo ocurrido sería seguramente un chico depresivo, pero por suerte no. Estar con mi familia siempre me eleva el ánimo. Mi madre era una mujer muy enérgica, siempre trataba y trata de sacar lo mejor de los demás; mi hermano es igual que mi madre, tanto en apariencia y comportamiento, pero es demasiado fastidioso conmigo, o al menos yo así lo siento, pues al no gustarme mucho el contacto físico o los sonidos fuertes, nunca podía expresar cariño hacia mi, por lo que su forma de dar afecto creo yo, era molestar.
La primaria no fue una época difícil en mi opinión, después de todo ser niño no me molestaba, y en eses momento aún no comprendía el porque de mi soledad. Fue hasta mi inscripción en la secundaria que todo dio un giro.
Al ser un chico solitario no podía pasar desapercibido; al parecer, ser alguien de pocas palabras te garantizaba más atención que ser alguien común. Fue debido a eso que poco a poco comencé a hablar con las demás personas, todos querían hablarme por alguna razón, pero yo al ser muy frío e insensible siempre terminaba ahuyentando a los demás.
Y durante dos de los tres años de secundaria la pasé en ese círculo; soledad, hablar con extraños asustarlos y nuevamente soledad. Creí por un largo tiempo que mi destino era estar solo, hasta que un día un trio de chicos se me acerco.
Creí que sería igual que siempre, me hablarían y debido a mi falta de tacto al hablar los terminarían alejando, pero ellos fueron diferentes, algo en ellos me hacía sentir cómodo, pero nunca supe que fue. Esos fueron los primeros a los cuales pude llamar amigos, o al menos eso creí, les entregué mucho de mi sin darme cuenta, y ellos solamente lo usaron a su favor.
Un día llegué a la escuela, fuí con los chicos y los saludé como en otros días, pero ellos está vez se volvieron fríos conmigo, nunca me habían tratado de esa forma, ni siquiera cuando decían enojarse. Esa frialdad me confundió al principio, por lo que pregunté la razón, y ellos solo me contestaron secamente - Lárgate.
Fue en ese momento que no algo dentro de mi se rompió. Traté de insistir para saber si me había equivocado en algo, pero ellos solamente comenzaron a reírse de mi, y más tarde me dí cuánta del por que. Al parecer ellos habían difundido información falsa sobre mi, y ahora toda la escuela creía que yo era un degenerado. Hicieron creer a toda la escuela que yo había acosado a varias compañera, por lo que desde ese día nunca volví a ser el mismo.
Las relaciones amorosas en la secundaria comenzaron a darme asco, ya no me interesaban, desde el día en que mi nombre fue manchado lo único que quería era cortarle la cabeza a todas esas personas que me hicieron daño, algo que poco a poco comenzó a crecer como rencor dentro de mi. Y fue así como al terminar la secundaria no tenía amigos, toda la escuela siguió creyendo que yo era un pervertido, pero a mí ya no me importó. Desde ese día decidí que no volvería a llamar a alguien como amigo sin merecerlo. Me volví frío y aún más distante desde entonces, al punto de que ni siquiera le hablaba a los maestros.
Al salir de la escuela secundaria me había vuelto alguien completamente diferente, y al entrar a la preparatoria no cambio mucho la cosa.
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AMOR AUTISTA
RomanceUn joven con problemas para demostrar sus sentimientos descubre que es el amor platónico de su amigo de la infancia. El empieza a sentir algo por el igualmente, pero debido a su estado mental, ni siquiera se da cuenta.