𝗔𝗻𝘁𝗶-𝗛𝗲𝗿𝗼 || Cobra Kai [ REESCRIBIENDO]

25 | The Cut That Always Bleeds

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Capítulo veinticinco
La herida que siempre sangra

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El sonidos de pisadas  hicieron  que Jackie abriera los ojos y se levantará de la cama para ver que pasaba.

Arrastró sus pies hasta la puerta de su cuarto y se puso de puntillas para alcanzar el picaporte. Una vez que abrió la puerta noto a su padre salir de la habitación de su hermano con una expresión qué daba a entender que había estado llorando.

- ¿Papi? - Hablo la chica llamando la atención del hombre.

El hombre rápidamente se limpio las lágrimas tratando de no preocupar a su pequeña.

- ¿ Te desperté, cariño? - Preguntó el hombre acercándose a la niña y tomándola en sus brazos alzandola del piso.

- No - Contestó Jackie restándole importancia - ¿ Donde estabas? Diego estuvo encerrado todo el día  y la abuela estuvo llorando - Exclamó la niña mirando a su padre con el ceño fruncido intentando parecer  intimidante pero que solo hizo al hombre sonreír con ternura a la vez que sentía  su corazón romperse.

- Tuve que ir a arreglar una cosas que mami habia  preparado - Explico el hombre comenzando a caminar dentro de la habitación de la niña apra no despertar a los demás en la casa y volverla a acomodar en su cama.

- Te perdiste cuando la señora Ali me llevo a comer hamburguesa por mi cumpleaños - Le reclamo - Le dije que era  mañana pero ella y el otro hombre insistieron en  festejarmelo hoy, hasta mamá estuvo presente y tu no - La niña hizo un puchero.

- ¿ Tu madre? - Preguntó el hombre mientras la cubría con su sabana.

- Si, me dijeron que ella estaba en el cielo y desde mi lugar veía el cielo, así que mamá estuvo ahí - Explico la niña con inocencia.

El hombre sonrió sintiendo como sus ojos volvían a cubrirse de lágrimas al saber de todos los otros cumpleaños que se perdería.

- Jackie ¿quieres ver tu regalo? - Preguntó el hombre esperando al menos poder llevarse ese último recuerdo.

- ¡ Si! - Exclamó la niña emocionada sentándose en su cama con una gran sonrisa en el rostro.

El hombre se levantó y salió de la habitación por unos segundos, y cuando regresó tenía una gran bolsa en sus manos , haciendo que Jackie abriera sus ojos aún más.