El viernes al llegar de la Universidad, Day ya tenía el auto preparado para irnos a casa de mamá y durante el camino me hizo contarle como había ido mi semana. Se mostró más emocionada de lo que esperaba cuando le conté de mis interacciones con Ella, incluso cuando evité contarle la de ese mismo día en la mañana.
El resto del fin de semana había sido pacifico. Al ser la primera semana de clases los maestros eran suaves y otros ni siquiera se aparecían, así que no había tenido demasiadas tareas, lo que le dio tiempo a mamá de compensar la semana separadas.
Era lunes. La segunda clase del día era Derecho Civil y Mercantil y todos estábamos esperando a la profesora, pero no parecía haber señales de ella.
—No creo que vaya a llegar, ya pasaron veinte minutos y todos se están yendo —Uriel me mostró la hora en su celular—. ¿Vamos a la cafetería? No he desayunado.
No tardé en aceptar y caminar junto a él hasta la cafetería.
—¿Estás segura que no quieres nada de comer? —Uriel pagó su comida, mientras yo pagaba la Coca-Cola que había pedido. Negué—. El otro día estaba pensando, ¿Crees que un profesor de inglés gane bien? Porque… entre el de Contabilidad y la de Inglés es obvio que gana más el de conta, ¿no?
—Nunca he visto a la de Inglés, no sabría decirte —le contesté tratando de abrir la botella.
—Es que estaba pensando que hubiera preferido estudiar Inglés antes que esto, pero creo que no ganaría igual de bien —me miró luchando con la botella—. Te ayudo —trató de quitármela, pero lo esquivé.
No permitiría que la botella me ganara, esto ya era una cuestión de honor.
—No lo sé, el inglés te abre las puertas para otros trabajos además de la enseñanza —me dio la razón y festejé cuando logré abrir la botella—. ¿Crees que haya alguien que quiera estudiar esto?
Se encogió de hombros—. Tal vez. Dani parece muy buena.
—Sí, pero hablando con Ella llegamos al tema y ella tampoco es que quiera estudiar esto, solo lo hace porque le va bien y también es lo que me pasa a mí.
—¿Hablaste con Ella? Creí que no te atrevías a hablar con nadie —Uriel lucía genuinamente sorprendido.
—Solo coincidimos algunas veces.
—Bueno, creo que ustedes son compatibles —lo miré sin entender a qué se refería—, sería una buena opción si quieres hacer más amigos ahora que le dejaste de hablar a Alejandro.
No dije nada porque seguramente eso haría que tuviera que dar una explicación a mi distanciamiento con Alejandro.
—Ella y Dani —añadió—. Lo único que tienes que hacer es quitarte los audífonos y dejarlas entrar.
—¿Mhm?
—Siempre los traes —señaló los cascos que ahora descansaban en mi cuello—, da algo de miedo hablarte cuando los traes porque estaríamos interrumpiendo lo que sea que escuchas.
Mientras él terminaba de comer yo me quedé pensando en lo que había dicho. ¿Por eso Ella se acercó más cuando me quité los audífonos el lunes? ¿Será que me hablará más si los dejó de usar al menos un rato?
Cuando entramos a la siguiente clase vimos a un maestro desconocido y es que, él había decidido no asistir a ninguna de las clases de Seguridad Social de la semana pasada.
—Seguramente varios de ustedes ya se conocen, pero para mí y para los que no son futuros contadores, van a presentarse —se sentó sobre su escritorio—. Digan su nombre, apodo, su carrera y por qué la eligieron.
ESTÁS LEYENDO
Ella: Amar y Proteger
RomanceTara había estado pasando inadvertida en la universidad durante casi un año, hasta que la repentina atención de su compañera de clases, Ella, la tomó completamente por sorpresa. En medio de una complicada ruptura con su mejor amigo, Tara encontró en...