Capítulo 09. Primera cita.

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Ni siquiera necesité a Roberto o una alarma para despertarme pues los nervios habían decidido hacerlo temprano para atormentarme por más tiempo.

Como cada mañana, lo primero que hice fue revisar mi celular, nunca suelo tener mensajes así que solo reviso Twitter, pero esta vez tenía un simple, pero hermoso "buenos días" de parte de Ella, que me hizo iniciar el día de la forma perfecta.

El mensaje había sido enviado a las cinco de la mañana y me pregunté qué hacía despierta a esa hora, ¿será que los nervios tampoco la dejaron dormir?

Le contesté y dejé mi celular a un lado para comenzar a vestirme. Hoy quería estar cómoda ya que, si iba a estar nerviosa con su presencia el día entero, al menos debería poder sentirme cómoda con mi ropa.

Calmé mi cabello con un poco de crema de peinar, me tomé el tiempo de sentarme en el baño a ver TikTok y después lavé mi rostro y mis dientes y ricé mis pestañas, porque las malditas eran enormes, pero tenían disfunción eréctil o algo así.

Me puse los cascos en el cuello y miré la hora para saber si ya debería salir a esperar el camión, apenas eran seis, ¿qué se supone que haré en casi media hora?

Ella: ¿Dormiste bien?

Sonreí, hace años no tenía a nadie preguntándome eso.

Tara: Sí, tanto que me desperté sin alarma, ¿y tú?

Ella: No, estoy muy nerviosa.
Ella: Nunca había estado tan nerviosa por una cita y me han invitado a muchas.

Tara: Es porque soy una chica, tranquila, solo actúa como lo harías en cualquier otra cita.

Ella: ¿No estás ocupada?
Ella: ¿Crees que puedas darme tu opinión de algo?

Tara: Lo que quieras.

Ella: ¿Qué opinas?

El mensaje vino seguido de una foto de ella frente al espejo, permitiéndome ver su ropa y su rostro a la perfección. Vestía una falda blanca y una linda blusa polo color morado pastel.

Parecía una jugadora de tenis. Una hermosa jugadora de tenis.

Tara: Tan linda como siempre.
Tara: ¿Lo dudabas o por qué necesitabas mi opinión?

Ella: No, pero quería que me lo dijeras y no podía esperar a verte en la uni.

Tara: ¿Tanto te gusta que te digan que eres linda?

Ella: Me gusta cuando tú lo haces.

Sonreí sintiendo mi rostro arder y se volvió imposible mover mis dedos para responderle.

Ella: ¿Quieres cafeína? Pasaré a comprarme un café frío de camino.

Tara: No, no tienes que llevarme cosas todo el tiempo.

Ella: Okay, formulé mal el mensaje, deja lo arreglo.
Ella: Te llevaré algo de cafeína, dime qué quieres o compraré toda la tienda.

Ella: Amar y ProtegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora