18 (2020)

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Abrió sus ojos lentamente, su vista estaba nublada aún así que le tomó algunos segundos reconocer que estaba en su habitación, frunció su ceño confundido y se sentó en la cama, llevando su diestra a su frente para sobar ésta, le dolía un poco.

Fijó su vista en el castaño claro a su lado, su cabeza estaba apoyada en sus brazos los cuales estaban cruzados sobre la cama, estaba sentado en el suelo y además de eso dormido.

- ¿Slime? -llevó su mano al cabello ajeno pero antes de tocarlo, recordó lo que había leído y lo de las clases de historia- Geo... -murmuró.

- ¿Mariana...? -susurró Slime despertando, seguía un poco atontado pero alzó su vista para mirar al de ojos cafés.

Mariana rápidamente se levantó de la cama y de igual manera salió de la habitación, bajando las escaleras también llegando hasta el exterior, frunció su ceño intentando reconocer la hora al mirar el cielo, estaba oscureciendo pero aún había luz por lo que calculaba que eran las 19:30 aproximadamente. Corrió a la casa de Aldo, no estaba lejos, sólo a dos cuadras si mal no recordaba, la vez que Daniel lo llevó a casa pasaron antes por la de él, no la apreció mucho pero esperaba poder recordarla; Además, pareciera que ya conocía esa casa.

Corrió aún más rápido, necesitaba sacar a su padre y mejor amigo de ese año, no soportaría que ellos sufrieran otra guerra, no quería perderlos, no quería más lágrimas, más sangre, más dolor...

Se detuvo frente a la puerta y se tomó unos segundos para respirar después de haber tocado la puerta de forma desesperada.

- ¿Mariana? -dijo Aldo al ver al menor frente a él luego de abrir- ¿Qué haces aquí?

- ¡Mariana! -gritó el de ojos verdes llegando por detrás- ¿Cómo demonios corres tan rápido? -comenzó a toser por el cansancio.

- ¿Dónde está tu padre? -preguntó el menor mirando a Aldo - ¡Daniel! -sin esperar respuesta entró a la casa del pelinegro, empujandolo un poco para lograr entrar, era enorme el lugar pero aún así comenzó a buscar al mayor- ¡Daniel!

- ¿Qué te sucede Mariana? -Aldo y Slime siguieron al menor luego de que el tercer mencionado preguntara.

- Hey, ¿Qué pasa? -Daniel salió de su oficina y miró a Mariana, inmediatamente su expresión cambio- ¿Mariana?

- Dime cómo regresar. -se acercó al mayor pero no recibió respuesta, parecía que Daniel buscaba una excusa- ¡Dime cómo regresar!

- No... No lo sé. -mintió.

- Mentira... ¡Debes saberlo! -antes de poderse acercar, Aldo lo sujetó por los hombros- Y si no lo sabes, entonces Aldo Geo debe saber. -se zafó del mayor para salir corriendo de nuevo.

- ¡Mariana! ... Maldición. -iba a salir tras él pero su hijo tomó su brazo.

- Papá, ¿Qué está sucediendo? -no sólo él, también Slime tenía curiosidad, mucha curiosidad, y ahora ambos estaban más confundidos que nunca.

- Tenemos que seguir a Mariana, les explicaré luego, ¡No debe llegar al hospital! -salió de la casa pero el castaño oscuro ya no estaba ahí.

Mariana había tomado el primer taxi que pasó, que por suerte había pasado justamente después de que salió.

No había mucho tráfico así que gracias a eso llegó al hospital en menos de diez minutos, pagó al chófer y bajó para correr a recepción.

El miedo le recorría, no quería pasarla ahí mientras las personas que más amaba sufrían por una guerra más... Si no podía evitarlo, al menos quería sufrir a su lado.

Chico raro [FLIPORIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora