32 (2020)

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— ¡Tienes una pantalla enorme! ¡Además de todas las ediciones de consolas! ¡Esta será una fiesta increíble! —dijo Robleis mirando con asombro la sala de la casa de Mariana.

— ¿Qué dijo? —el castaño oscuro jaló suavemente a Slime por el borde de su camiseta.

— Tienes todas las consolas de videojuegos, se pueden hacer torneos o simplemente jugar demasiado con variedad. —respondió.

— ¿Qué es un videojuego? —murmuró de vuelta, ante esa pregunta obtuvo la mirada del de ojosverdes.

— Te perdiste de mucho, Mariana. —sonrió.

—frunció ligeramente su ceño.— Me di cuenta, gracias. —soltó al mayor.

— Podemos apostar y el dinero se podría dividir entre Roier, Mariana y Robleis, los cumpleañeros y el organizador. —dijo Aldo, Slime asintió ante eso de acuerdo— Entonces, cuando Foolish y Roier lleguen podemos empezar.

— Mariana, ¿Podemos ir al patio trasero? —preguntó Robleis mirando al menor.

— Por supuesto, vengan. —contestó con una pequeña sonrisa antes de dirigirse a la cocina (ya que ahí estaba la puerta que dirigía al patio trasero) junto a Robleis y Hannah.

Slime miró la sala, la última vez que estuvo ahí no le había puesto tanta atención pero ahora que la veía bien, podía notar que todo estaba sin usar pero seguía en orden y limpio. No pudo evitar cuestionarse, qué hacía Mariana para no aburrirse en su enorme casa.

— Slime. —llamó Aldo acercándose, cuando recibió la atención de su amigo le sonrió— ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Claro, ¿Qué pasa?

— ¿Cómo fue besar a Mariana? —mostró una sonrisa amplia.

— ¿Cómo fue? —frunció un poco su ceño avergonzado— Para ser honesto fue muy tope, pero creo que fue agradable.

— ¿O sea que te gustó? —sonrió aún más y sujetó al castaño claro por los hombros.

— Pf, ¿Por qué tanta curiosidad? Ya respondí a la única pregunta que podías hacer, ahora déjame. —aclaró su garganta y apartó de forma suave al pelinegro.

Robleis, Hannah y Mariana regresaron casi de inmediato, hablaron una vez más sobre la organización y lo que debía de hacer esa noche, peor antes de seguir, el castaño claro sonrió.

— ¿Pueden encargarse ustedes de eso? —preguntó Slime captando la atención de Robleis y Aldo— Tengo que llevar a Mariana a otra parte. —el nombrado lo miró confundido.

Al recibir la aprobación de ambos, pasó su brazo por los hombros de Mariana para empujarlo hasta salir, Slime caminó adelante mientras detrás de él le seguía el menor confundido.

— ¿Te gusta caminar? —preguntó el mayor mirando por encima de su hombro al menor, viendo como asentía— Que bueno porque caminaremos unos diez minutos.

— ¿Puedo saber a dónde vamos? —murmuró.

— Es un secreto. —se detuvo para caminar a un lado del menor.

— Tú también eres raro Slime...

Después de eso caminaron en silencio, no uno incómodo para aclarar, y gracias a eso; Mariana pudo observar a su alrededor, tiendas, casas, edificios, autos, todo era genial, habían cosas que no sabía que eran pero dejó su curiosidad sobre eso después. La ciudad era preciosa, totalmente preciosa...

— ¿Puedo preguntarte algo? —miró a su compañero quien asintió— ¿Cómo conociste a Aldo... Y a Wilbur, y Quackity? Aún estoy un poco confundido por eso...

Chico raro [FLIPORIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora