48 (2020)

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Mariana salió de la cocina llenó de harina para hornear y captó la atención de los presentes ahí. Quackity no pudo evitar reír, así que para disimular miró a otro lado mientras Roier, Hannah y la madre de Slime lo miraban.

- Creo que su horno es defectuoso, señora... -murmuró tras escupir harina.

-la mayor permaneció en silencio unos segundos-. ¿Cómo pasó eso?

- Bueno... Hace unos dos años que dejé de hornear pasteles, además... Estaba acostumbrado a otros hornos. -se defendió.

La señora soltó una risa y negó con la cabeza antes de dejar la caja de decoraciones sobre la mesa.

- Roier, ¿Puedes acompañarlo a la habitación de mi hijo? Que tome una ducha y se ponga ropa limpia de él. -miró al primer nombrado y éste asintió.

- Vamos Mari. -dijo el castaño tomando de la mano al de lentes quien frunció su ceño ligeramente ante el apodo.

Ya había pasado más de un mes, no sabían nada de Foolish y eso para ellos fue bueno. Por otro lado, Roier y él se acercaron un poco más ya que Roier le ayudaba con el canto en el club de música.

- Oliver está afuera... -dijo Luzu a los demás cuando estuvo cerca de ellos.

- ¿Por qué no entra? -cuestionó Hannah.

- Es que... -soltó un suspiro y luego se dirigió a Quackity -. Dice que se siente culpable porque... Aquella noche Wilbur iba a ir a la habitación pero él lo detuvo... Dice que es su culpa que... Eso pasará.

- ¿Qué? -murmuró Quackity-. Pero... No, no fue su... -suspiró-. Iré a hablar con él, ya vuelvo.

Le dio unas suaves palmadas a su amigo antes de dirigirse a la puerta.

Mientras, volviendo con Mariana y Roier:

Al entrar a la habitación de Slime sonrió levemente al recordar que ahí había llegado cuando fue enviado al 2020.

Analizó la habitación, tenía ese aura de ser de Slime, era ordenada y elegante aunque sencilla.

- El baño es el de la derecha. -señaló la puerta blanca en aquella dirección-. La ducha tiene unos botones, primero debes seleccionar la temperatura del agua y después el botón del centro para que salga el agua. -el de lentes asintió-. Junto a la bañera hay toallas limpias y... Su ropa está en esa puerta. -señaló una puerta negra a la par de la cama.

- Ya habías estado aquí antes, se nota... -dijo riendo leve.

- Un par de veces... -se encogió de hombros-. En fin, te esperamos abajo.

Roier salió de la habitación y Mariana entró al baño, era demasiado grande y elegante. Intentó no tomarle mucha atención a eso y se ducho durante unos minutos mientras pensaba en el último mes.

Aún se sentía con miedo de ver a Foolish de vuelta, no sabía ni quería darse una idea de cómo podría reaccionar.

Miró su cuerpo cuando se quitó la toalla para comenzar a vestirse. Su cuerpo seguía marcado con las cicatrices de la guerra. Suspiró. Odiaba su cuerpo.

- Slime... Por dios, ¿Qué tan mimado me tienes que te extraño tanto? -murmuró para si mismo después de haber percibido el olor del ojiverde en su ropa la cual le quedaba grande lo que la hacía cómoda.

Bajó de vuelta y todo estaba listo, decoración, mesas, comida y bebidas. Ya casi eran las nueve y Slime aún no llegaba a pesar de que la mayoría de invitados ya estaban ahí.

- Joder, la ropa de Slime te queda muy bien. -mencionó Roier mirando a Mariana en las escaleras.

- Gracias Roier... -sonrió levemente. Roier jamás le había dicho algo así y eso le hizo recordar la otra línea al igual que su relación con Slime; no quería lastimarlo.

Chico raro [FLIPORIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora