19 (1949-78)

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Parpadeó varias veces para poder enfocar su vista luego de que ésta estaba borrosa y todo se movía debido a que se encontraba mareado. Le tomó algunos segundos más reconocer que estaba en su habitación, pero en la habitación de su casa en 1949, todo estaba ordenado y todo era muy silencioso, aún así no pudo evitar alegrarse.

— Funcionó. —sonrió ampliamente, revisó aquel cuarto por completo, lo extrañaba.

Después de unos minutos decidió salir de la habitación, pero el eco de una voz sonó por la pequeña casa, luego la puerta se abrió dejándole ver a su mejor amigo y su padre, al verlos, rápidamente decidió esconderse rápidamente detrás de la cortina de una ventana.

— ¿Quiere que también lleve sus libros? —preguntó Aldo Geo al padre de Mariana antes de detenerse en la mitad de la sala.

— ¿Crees que sea necesario? —cuestionó de vuelta el mayor.

— No lo sé... habrán muchos libros para ese entonces. —sonrió ampliamente.

— Bien, entonces eso queda en tus manos. —se quitó el mismo reloj (aunque más viejo) que tenía Mariana en su mano— Debo decirte esto también, este reloj funciona para viajar en el tiempo, si algún día me pasa algo o el día en que muera, debes tenerlo, quizás Mariana lo necesite o tú, ¿Está bien?

— ¿De verdad funciona? —cuestionó sorprendido aunque inmediatamente su pregunta no tuvo sentido debido a que suficiente prueba tenía con que su pequeño amigo ya no estaba ahí.

— Sí, no funciona tan bien, realmente tardé en lograr viajar de vuelta al 49 desde el 2020, pero al pasar los años le haré más mejoras. —una sonrisa apareció en sus labios— Quería que Mariana estudiara conmigo ya que le iba a heredar todo mi laboratorio y por supuesto este reloj para que él siguiera modificandolo pero ahora sólo yo puedo manejarlo... —su sonrisa se borró— Espero que funcione para ese año.

— Seguro lo hará, usted es un genio. —palmeó suavemente la espalda del mayor quien sonrió.

"¿Geo sabía desde el principio? No... No pudo simplemente saberlo sin decirme nada, él debió planearlo con mi padre."

Pensó Mariana frunciendo su ceño y sintiendo una presión en su pecho.

— Aún tenemos trabajo, vamos.

Aldo Geo entró a la habitación de Mariana y el padre a su laboratorio, después de un rato el primer nombrado salió con una caja en brazos y el mayor con otra, cuando salieron de la casa y al cerrar la puerta; Mariana también salió de su escondite.

— Cuando muera... —hizo una pequeña mueca, aceptaba el hecho de que estaba curioso por saber qué fue de su padre en sus últimos días pero ¿estaba listo para verlo?— 1978...

Giró el pequeño cristal del reloj poniendo ese mismo día pero en diferente año, rápidamente se abrió el portal y de la misma manera cruzó por éste no sin antes cerrar los ojos. Se balanceó un poco tras cruzarlo y se sujetó de lo primero que encontró con su mano, abriendo así nuevamente sus orbes.

Estaba sujetando un poste de luz, miró a su alrededor, estaba fuera de su casa, esta tenía una fachada diferente, el segundo piso parecía aún incompleto, el jardín florecía y el color por fuera era gris.

La puerta se abrió así que terminó por ocultarse detrás de una pequeña pared perteneciente a la casa del vecino en ese entonces.

Del interior salió Aldo Geo, aún con 53 años podía reconocerlo, junto a él salía una señora que parecía de la misma edad, ambos llevaban una caja en sus brazos.

— ¿Cuándo buscaremos los muebles? —preguntó la mayor mirando al pelinegro antes de dejar la caja junto con algunas que estaban ahí mismo afuera.

Chico raro [FLIPORIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora