39 (2020)

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Aldo tras entrar al baño, se metió a la ducha y cerró la puerta, era totalmente negra, al ser del primer piso de la casa suponía que era normal.

Miró aquellos azulejos, eran como los que había en su propia habitación actualmente así que no pudo evitar sonreír

Sin embargo, la sonrisa se borró cuando se hizo una simple pregunta, ¿Qué iba a pasar si Hannah realmente le engañaba? Es decir, quería poder aclarar que confiaba en ella pero si engañaba a Slime en la otra línea, ¿Por qué habría razón para no hacerlo en esta?

A los segundos, escuchó la puerta abrirse por lo que se quedó quieto e intentó respirar lo más suave posible. Luego, volvió a oír la puerta.

— ¿Mh? ¿Ethan? ¿Qué haces aquí? —murmuró primero la chica al ver a su compañero de clases.

— Hannah, ¿Tú qué haces aquí? —frunció un poco su ceño confundido—. Me dijeron que un chico quería hablar conmigo, y que vendría aquí.

— A mí me dijeron que Aldo quería hablar conmigo y me esperaría aquí. —ambos rieron levemente ante la respuesta del otro—. Sabes como es Robleis, tal vez es otra de sus infantiles bromas.

— Tienes razón, además, él conoce a todo el mundo, debí suponer que era una broma cuando no me dijo el nombre del "supuesto" chico. —se rió leve—. ¿O quizás era tu novio Aldo?

— Lo dudo... Ah, me asusté cuando me lo dijo, pensé "va a terminarme, me va a dejar." Que susto. —suspiró aliviada pero volvió a sonreír— Por cierto... Luces muy bien hoy.

— Gracias por mencionarlo, tú te ves hermosa. —otra amplia sonrisa adornó su rostro.

— También lo agradezco. —le dio una pequeña palmada en su hombro—. Como sea, hay que ir a golpear a Robleis, ¿Te parece?

— Estoy de acuerdo.

Sonrieron antes de salir, Aldo esperó el sonido de la puerta cerrarse para poder suspirar tranquilamente, se sentía aliviado de todo. Su pecho dejó de sentir una presión y finalmente su cuerpo se relajó.

Se alegraba de que Hannah no lo dejara como Paola por otro, aunque tampoco odiaba a Paola por eso, Oliver era su amigo (al menos aún lo considera así) así que no podía odiarlo, nadie podía elegir a quien amar.

Salió del baño e inmediatamente Slime y Mariana se acercaron a él, pero no hizo falta decir algo, su amplia sonrisa alegre y feliz bastó para que aquellos dos lo entendieran todo.

— Ahora ve con ella y dale mucho amor. —el ojiverde golpeó suavemente su hombro.

— Gracias Slime, a ti también Mariana. —acarició el cabello del último antes de salir al patio a buscar a su chica.

— Me alegra que todo haya salido bien. Se merece algo mejor que Paola. —murmuró antes de caminar de igual manera al patio, siendo seguido por el castaño oscuro.

— ¿Cómo pasó eso? ¿Puedes contarme? —suavemente y para no apartarse del mayor, sujetó el borde de su camisa.

— Paola y Aldo eran novios en preparatoria, en el último año comenzaron pero al final de él, Paola comenzaba a ir más con Oliver... Sinceramente a Aldo no le molestaba, eran amigos, confiaba en ambos. —buscó la mano de Mariana hasta encontrarla y así entrelazar sus dedos.— Pero en la graduación, Paola y Oliver le dijeron a Aldo que estaban enamorados, lo dijo frente a todos y bueno... Aldo sonrió, palmeó sus cabezas y les dijo que estaba bien.

— ¿No se enojó? —se sentó junto al ojiverde y giró su cuerpo al mismo para darle más atención, agradecía que estaban sentados, comenzaba a marearse.

— No, tampoco sé si lloró. —hizo un ademán con sus hombros.— Siempre fue muy fuerte si se trataba de algo triste. Viste que no lloró en el funeral... —el castaño oscuro asintió, recordando bien, Aldo se había mostrado con una sonrisa leve cuando le daban su pésame, como si todo fuera bien, como si no le doliera.— A veces siento que no soy un buen amigo, es decir... No sé cuándo darle palabras de aliento, no sé cuándo consolarlo... Irónicamente a mí me importa una mierda todo, pero él es el que no demuestra sus emociones, ah. —bajó su mirada y suspiró, se sentía mal, sentía que no podía ayudar a su mejor amigo.

— Slime. —se apresuró a tomar ambas manos del chico y a arrodillarse para poder mirarlo a los ojos.— Tú eres un gran chico, eres atento y protector, estoy seguro de que Aldo es muy feliz siendo tu amigo... No siempre podemos ayudar, a veces uno no quiere molestar porque siente que lo hará. —murmuró reflejándose a si mismo en sus palabras, Geo era así con él después de la Guerra.— Sabemos que no te molestará, sólo prefiere no poner el peso de sus emociones sobre ti... Él también te protege y estoy seguro que tú a él.

Esbozo una sonrisa pequeña antes de subir su diestra al rostro ajeno y acariciar sus mejillas. Mariana hablaba tan sinceramente, las palabras salían tan natural y de forma tan pacífica que le hacía sentir aliviado. Se inclinó un poco para dejar un beso en su frente, mirándolo a los ojos después.

— Gracias por eso, Mariana. —se levantó y consigo alzó a Mariana —. ¿Vamos adentro?

— Sinceramente... Estoy un poco mareado y me siento cansado, ¿Está bien si voy a dormir un poco? —sonrió intentando no balancearse y caer.

— Es por el alcohol, te dije que no bebieras, además no tienes experiencia tomando. —hizo una mueca algo incómodo—. Pero es mejor, ve a dormir y en un rato subiré contigo.

Mariana asintió rápidamente antes de volver al interior casi corriendo. Slime notaba a ese pequeño más libre, lo sentía más feliz y tranquilo, eso le gustaba, además era muy diferente al Mariana que conoció al principio, tan... Insoportable, esa sería la palabra que usaría él.

Regresó de vuelta al interior y notó que estaban en una batalla de baile, Oliver estaba contra una chica de cabello castaño que reconoció al instante, Alexa. Foolish tomó el brazo de Slime y lo arrastró cerca de ahí para que pudiera apreciar con más detalle los pasos de ambos.

— ¿Dónde está Mariana? —preguntó en su oído para que pudiera escucharlo.

— Se sentía cansado y mareado así que fue a acostarse, el alcohol le estaba haciendo efecto, idiota. —golpeó suavemente la espalda de Foolish.

— Ah... Entiendo. —sonrió—. ¿Por qué no entras a bailar?

— ¿Contra Oliver? —dijo al ver que la chica perdía, todos a su alrededor lo miraron ya que anteriormente en todas las fiestas solía bailar.— Prefiero no hacerlo-

Sin embargo, Foolish fue más rápido y lo empujó al centro, todos comenzaron a gritar y aunque intentó salir del centro no pudo, así que sin ninguna otra opción decidió bailar.

Foolish se alejó lentamente hasta que llegó a las escaleras, pasando desapercibido por Roier que se encontraba cerca de ellas.

— ¿Habías estado practicando? —cuestionó Oliver con dificultad debido a su cansancio, no obstante, no dejó de bailar.

La pantalla de Slime cada vez iba sumando más puntuación mientras que la de Oliver disminuía.

— ¿Creíste que la música era mi única pasión? Pf. —respondió burlescamente aunque queriendo ser amable.

— ¿Y quién es ese niño castaño oscuro que suele estar pegado a ti? ¿Ya le conseguiste remplazo a —Slime le interrumpió.

— Vamos Oliver, no te vuelvas insoportable esta noche, ¿Quieres? Aún me agradas, no lo arruines. —frunció su ceño—. Además, nadie es el remplazo de nadie, ¿Bien? —el contrario no pudo más gracias al cansancio, demostrando su derrota—. Sigue practicando. —le guiñó el ojo.

— Mierda... —respiró profundamente para recuperar el aire perdido—. Ya tendré mi revancha.

— Lo que digas. —le dio unas palmadas a su hombro.

Slime bebió un vaso de alcohol antes de subir las escaleras no sin antes palmear la espalda de Roier al pasar. Fue hasta la habitación de Mariana después de asegurarse que nadie estuviera en las otras habitaciones.

Al abrir la puerta, lo primero que vio fue a Mariana acostado y dormido con su camisa semi levantada. Y a Foolish sobre él sin camisa, definitivamente una escena que no sólo le dio repugnancia, sino ganas de golpear a ese chico también.

Chico raro [FLIPORIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora