46 (2020)

329 71 11
                                    

— ¿Hablaste ya con Wilbur? —murmuró Slime después de que Roier se fuera junto a Hannah a la cafetería.

— Sí. Y definitivamente no hay manera de volver al pasado. —se encogió de hombros—. Y tampoco manera de comunicarme con mi padre o con Geo... —alzó su mirada a Aldo unos segundos—. Se acabó.

— Se acabó ese capítulo querrás decir. —mencionó Aldo con una leve sonrisa—. Lamento que todo acabara sin que pudieras despedirte de ellos pero iniciarás algo nuevo aquí y nosotros estamos de tu lado para apoyarte. —puso su mano sobre el hombro del castaño oscuro—. Serás un adulto independiente, debes valer por ti, ¿Entendido?

— Es difícil... —hizo una pequeña mueca—. Soy torpe y jamás pude valerme por mí. Ahora estoy en un lugar donde no entiendo absolutamente nada, ¿Crees que podré estar bien? —miró a Aldo con duda.

— Como él dijo, no estás solo. —ahora habló Slime tomando las manos de Mariana y entrelazandolas—. Seremos tu guía, Mariana. —sonrió cuando obtuvo la mirada del de ojos cafés.

— Siempre llevándote los créditos. —refunfuñó el mejor amigo del ojiverde.— Mariana, ¿No te hubiera gustado enamorarte de mí? —preguntó con una sonrisa y al obtener la mirada de Slime, habló rápidamente.— No digas nada porque tú estabas con mi chica en la otra línea.

— ¿Enamorarme de ti? —repitió Mariana frunciendo su ceño pero sonriendo levemente después.

— Sí, porque soy el nieto de tu mejor amigo. —volvió a sonreír.

— Sería raro... Además, no eres mi tipo. —con esas palabras logró que Slime soltará una carcajada.

— ... Ok, entendí. —se cruzó de brazos.

— ¡No te sientas mal! Eres realmente lindo pero tú eres más... Heterosexual y Slime es más... Homosexual. Además los heterosexuales son raros... —murmuró con una sonrisa.

— ¡Te dijo hetero raro! A ver, golpea la pared. —volvió a reír fuertemente contagiando a Mariana.

— Dije que ya entendí. —recaló con un pequeño puchero en sus labios.— Igual me gusta Hannah y eso no lo hubiera cambiado un niño de diecisiete años.

— Bueno, al menos ahora no me preocuparé por lo que pueda llegar a sentir Mariana por ti en un futuro. —abrazó al mencionado y lo acurrucó en sus brazos.

Mariana sonrió levemente antes de abrazar a Slime con fuerza y enterrar su rostro lo más posible en la ropa del mayor. Los latidos de su enamorado eran tranquilo y su olor era relajante. Por primera vez, el pequeño Mariana pudo experimentar esas cosquillas en su pecho que indicaban amor, aunque él no sabía que era eso, aún así le gustaba.

— Estoy tan feliz de estar con ustedes... —murmuró captando la atención de ambos—. Iniciar desde cero será difícil pero con ustedes a mi lado seguro será más divertido... Gracias, de verdad gracias por todo. —sonrió con dulzura.

— Iniciemos desde cero juntos. —dijo Aldo acercándose al menor para acariciar su cabello—. En febrero. Estudia música con nosotros.

— ¿Música?

Le gustaba la música, no sabía qué tanto había cambiado pero ninguna otra cosa más le llamaba la atención para estudiar. O al menos otra cosa que sea fácil de entender en esa época.

Además, estaría con Slime.

— Creo que necesito pensarlo un poco... Debo superar todo lo que he pasado primero. Tan sólo ha pasado más de un mes. —mostró una pequeña sonrisa.

— Esperaremos tu respuesta, pequeño. —comentó Slime dejando palmadas suaves en la espalda del castaño oscuro.

Horas después, durante las horas del club, Mariana permaneció en la biblioteca, continuaba leyendo el diario que Aldo Geo le había dejado. Era prácticamente su vida... Se imaginaba los escenarios, los momentos que su mejor amigo había pasado y no pudo evitar sentirse mal por no poderlos vivir con él, pero se sentía feliz por la hermosa vida que vivió el mayor.

Tenía que decirle adiós a su época, tenía que decirle adiós al pasado, tenía que decirle adiós a su vida de antes, a lo que alguna vez fue su todo.

Suspiró.

— ¿No te cansas de leer aquí? —preguntó cautelosamente Hannah mientras admiraba al pequeño castaño concentrado en su libro.

— No puedo llevarme los libros que quiero a casa. —murmuró de respuesta.

— Claro que puedes, ¿Quieres llevarte algunos libros? —sonrió de forma dulce— El límite son ocho, pero oh mira... Casualmente soy la novia de uno de tus amigos, el ocho se redondea a veinticinco. —le guiñó el ojo.

"Le pregunto cómo, no le pregunto, ¿Qué hago? Debería preguntarle, se ve amable... Pero, ¿Y si me mira raro y me dice idiota?, No, no, ¿Y si le parezco ignorante?" La mente de Mariana pensó en una infinidad de cosas y un sinfín de resultados si le llegaba a preguntar qué necesitaba hacer.

— Eh... Claro. —le sonrió de vuelta en un intento de salir de ahí ya que no sabía qué hacer para poder llevarse los libros a casa—. Pero iré primero con Slime, ¿Si?

— Deben estar en el club. —se levantó al igual que el de ojos cafés.

Mariana salió de la biblioteca y frunció su ceño, aún no se animaba a preguntarle a Hannah, sentía que lo miraría como un idiota a pesar de que la chica se veía más dulce que un pastel. Sin embargo, no siempre podía refugiarse en Slime y Aldo, eso quería pensar.

Quackity junto a Luzu y Wilbur entraron al club y llamaron la atención de los únicos tres chicos ahí, Roier, Aldo y Slime.

— Tengo que preguntarles algo. —dijo Quackity adentrándose al aula.

— Adelante. —dijo Aldo.

— ¿Mariana sabe lo que sucedió? —esa pregunta tensó los músculos de todos los presentes ahí, era una situación incómoda.

— No. Y quiero que así se quede. —respondió Slime.

— ¿Por qué? —ahora preguntó Luzu.

— ¿A ti te gustó escuchar lo de Quackity? —cuestionó Roier y el otro castaño negó— Si para ti fue duro, imagina que tan duro será para Mariana... Él es muy sensible, es mejor así.

— ¿No creen que es mejor decirle? —los tres ajenos fruncieron su ceño— No lo digo por querer hacerle daño... De verdad, ya no. Lo digo porque así Mariana podrá alejarlo completamente.

Por una parte Quackity tenía razón. Mariana seguía preguntando por Foolish, no dudaban que si se veían alguna vez, el castaño oscuro le hablaría y no podrían evitarlo.

— No... Le inventaré una historia o algo, ya veré qué hacer. —mencionó el ojiverde negando con la cabeza—. No le voy a decir lo que te hizo a ti, así que tranquilo.

— Igual pienso que deberías decirle, es... Algo muy grave e importante. —insistió una vez más.

— No le voy a decir a Mariana que Foolish intentó abusar de él, Quackity. —repitió Slime y se generó un silencio en el aula.

Nadie dijo nada hasta que escucharon un ligero suspiro de sorpresa, detrás de Quackity estaba Mariana quien estaba siendo tapado por Luzu y Wilbur.

Chico raro [FLIPORIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora