El ex esposo quiere volver a casarse otra vez

67. ¿El bebé estará bien?

Ye Linghan recordó todo lo que había sucedido recientemente y sintió que Ji Ran lo estaba manipulando.

Lo que Ji Ran decía y hacía podía afectar a su corazón.

Esto no era algo bueno.

Ye Linghan siempre se había puesto a sí mismo en el centro, y nunca ha cedido ante las demandas de los demás, ¿cuándo había cedido ante alguien más?

Apretó los puños y expulsó la imagen de Ji Ran de su mente.

Ye Linghan le dijo a Ye Yunping: "Padre, sé lo que debo hacer. Tú y mamá regresen primero. Yo me quedaré aquí para cuidar a Gan Rui".

La expresión facial de Ye Yunping se suavizó. "¡Así es como debe ser! Como heredero de la familia Ye, no debes permitir que nadie te manipule".

Ye Linghan apretó los puños sin decir nada.

Duan Yizhen advirtió: "Cuídalo bien, pasa tiempo con él. No olvides que lleva a tu hijo en su vientre. Incluso si no lo amas, no puedes tratarlo con tanta frialdad".

"Madre, lo entiendo", respondió Ye Linghan.

Ye Linghan realmente siguió sus palabras y pasó tiempo en el hospital tanto de día como de noche.

La herida de Rui no era profunda, pero dejó una cicatriz en su muñeca.

Después de tres días de observación en el hospital, regresó a la Villa de la familia Ye.

Ji Ran estaba de pie junto a la ventana, observando cómo Ye Linghan ayudaba a Gan Rui a bajar del coche, ambos se abrazaban íntimamente.

Ye Linghan miró de reojo a Gan Rui, parecía haberle dicho algo, y una sonrisa brillante apareció en el rostro de Gan Rui.

La forma en que caminaban juntos parecía especialmente armoniosa.

Ji Ran bajó la mirada y se rió irónicamente.

¿Qué importaba si habían obtenido el certificado de matrimonio? Él se ocultaba en la oscuridad como un tercero, espiando a su amado mientras se entregaba a afectos con otra persona.

Una ola de dolor punzante recorrió su corazón, acompañada de un profundo resentimiento que hacía que Ji Ran se odiara a sí mismo.

Hasta ahora, seguía amando a Ye Linghan.

¡Tan profundo era su amor, y tan intenso su odio!

¿Qué tan despreciable debe ser para que no pueda olvidar a ese miserable desgraciado?

Tan pronto como Gan Rui entró, Duan Yizhen se apresuró a recibirlo. "¡Rui, has regresado! ¿Cómo te sientes?"

"Tía, estoy bien", respondió Gan Rui con el rostro pálido, su piel parecía translúcida, mostrando fragilidad y delicadeza.

Duan Yizhen se enterneció al verlo así, tomó su mano y dijo: "En el futuro, no seas tan ingenuo. Si tienes algún problema, díselo a A Han. Si él te ignora nuevamente, verás cómo me atrevo a golpearlo hasta matarlo".

"Tía, esto no tiene que ver con el Joven maestro Ye, es mi culpa, ¡es mi problema!" dijo Gan Rui, su defensa de Ye Linghan hacía que Duan Yizhen se preocupara aún más por él.

Duan Yizhen miró fijamente a Ye Linghan y dijo con severidad: "¡Mira lo bien que trata Rui! Trátalo mejor".

"¡Madre! ¡Lo trato bien! ¡Pregúntale a él si no me crees!" dijo Ye Linghan mirando a Gan Rui, se acercó ligeramente a él y le preguntó con una sonrisa: "¿No te trato bien?"

La presencia alfa de Ye Linghan se hizo evidente, y el rostro pálido de Gan Rui se sonrojó. Bajó tímidamente la cabeza y respondió: "Estoy bien".

"¡Mamá, mira! Él dice que lo trato bien", dijo Ye Linghan sin darse cuenta, levantó la mirada y vio a la solitaria y arrogante figura en la plataforma del segundo piso.