—Hola, guapa —dijo Ivy cuando descolgué el teléfono—. Hay una fiesta en casa de Ryan, ¿te vienes?
Ryan era su mejor amigo, Ivy estaba enamorada de él, pero parecía que empezaba a mostrar interés por ella y yo quería apoyarla.
—Sí, por supuesto.
—¿Y si traes a tu amiguito y así tenemos pareja las dos?
No quería volver a la conversación de que solo éramos amigos entonces le seguí el rollo.
—Vale, se lo voy a preguntar.
—¿Nos preparamos en mi casa?
—Tengo que aprovechar a estudiar esta tarde, mejor nos vemos allí.
—Vale, hasta luego.
—Adiós.
Busqué mi chico misterioso en los contactos y llamé.
Me contestó casi al instante.
—Hola —saludó.
—Hola, ¿te vienes a una fiesta con Ivory y conmigo?
—¿Esta noche? Vale.
—Pasa a buscarme a las ocho porfa.
—Perfecto. No llegues tarde, Remy.
—No te prometo nada.
Colgué el teléfono y me puse a estudiar para los finales. Aunque me distraía cada cinco minutos.
Perdí la noción del tiempo y cuando me quise dar cuenta eran las ocho menos diez y no había empezado a prepararme.
Me duché todo lo rápido que pude pero no pudo faltar cantar unas canciones en la ducha.
Llamó a la puerta cuando salía del baño, envuelta en una toalla que tenía que sujetar. Como estaba sola en casa tenía que abrirle yo.
Maldije entre dientes y fui de puntillas hasta la puerta, le abrí y sus ojos fueron directos hacia la toalla, cuando se percató me miró a los ojos.
—H-hola —saludó.
—Pasa, voy a intentar tardar poco.
Entró en mi casa como ya había hecho varias veces y se sentó en el sofá con el móvil.
Yo fui corriendo a mi habitación para ponerme lo que había pensado mientras estudiaba.
Era una falda ajustada negra hasta las rodillas con un corte que subía por el muslo. Arriba llevaba un top sin mangas blanco con aberturas en el pecho.
Me veía guapa pero no me convencía del todo. Entonces abrí despacio la puerta de mi habitación y asomé la cabeza.
—Necesito tu opinión —le dije a Noah, que subió la mirada del móvil hacia mí.
Abrí la puerta del todo y salí par que pudiera verme bien.
—¿Este? —le pregunté—. O...
Volví a mi habitación sin cerrar la puerta a mis espaldas y me puse rápido un vestido negro muy fino que marcaba perfectamente mi figura.
—¿O este? —completé.
Sus ojos pasaron por mi cuerpo con la excusa de que estaba viendo el vestido, no podía dejar de mirarme.
—Vale, este definitivamente —dije sin esperar su repuesta.
—¿No querías mi opinión?
—Te lo he visto en la cara.
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Qué bonita coincidencia
Teen FictionSe conocen en un bar, pero ninguno se atreve a hablar. Piensan en todo lo que no podrán hacer por no haberse atrevido a presentarse. ¿Se volverán a encontrar? Ella tiene novio, él cree que ella se merece algo mejor. Se dedican canciones, se ayudan e...