La Amenaza || Capitulo 1

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Katya Petrova

La luz del solo atravesaba la ventana, pegando me directamente en el rostro. Lentamente fuí abriendo los ojos, enfocando la habitación en la que me encontraba.

Las paredes eran de un color blanco, habían dos sillones de color gris en una esquina de el cuarto, en frente de mí había una estantería en la cual se encontraba una gran variedad de libros de todo tipo, el armario estaba en otra esquina y alrededor de mí cama habían dos mesas de noche en las cuales en la parte de arriba reposaban dos lámparas con forma de estrella.

Me senté en la cama y talle mis ojos, estirando mi brazo para agarrar mi celular que se encontraba en la mesa derecha. Lo prendí y fruncí el ceño al sentir la luz del aparato pegarme en el rostro, al ya acostumbrarme a el resplandor de éste, ví la hora en el.

6:02 am

Apagué el celular y lo deje nuevamente en su lugar. Me pare de la cama, poniéndome las pantuflas de oso que estaban en el suelo, les sonreí a estas y finalmente me levanté. La alfombra de la habitación era de una tonalidad rosa crema, esa alfombra era lo único que le daba color a el cuarto.

A pasos lentos me dirigí a la puerta del baño para darme una ducha. Abrí la puerta y la cerré al ya estar por fin en el lugar, mire mi reflejo en el espejo y sin duda alguna estaba destruida. Mi cabello estaba totalmente enmarañado, mis ojos tenían un toque opaco y no hablemos de mis ojeras, lo único que podía comentar al respecto era que parecía un panda. Un maldito panda.

Esa era la consecuencia de una noche de domingo loca con amigos.

Me amarre el pelo en un moño mal hecho y empecé a cepillarme, luego de hacerlo me lave la cara y me quité la ropa para por fin darme un baño. Sentí el agua fría impactar contra mi piel, con una mano alcance a agarrar el jabón que lentamente fuí restregando por todo mi cuerpo.

Al ya estar totalmente limpia, salí de la ducha para ponerme el uniforme e irme a mis tediosas clases. Saque el uniforme de el armario y me lo puse junto a mi ropa interior. Cuando estuve totalmente lista me observé en el espejo.

La camisa que conformaba el uniforme era de un color negro con detalles dorados, y en la parte derecha llevaba la insignia de la institución acompañada del nombre del internado en dorado, Kuznetsov. La falda me llegaba cinco dedos más arriba de los muslos, está era de un color negro con toques dorados por doquier y por último mis lindas y preciadas botas, simples del mismo color que el resto del uniforme.

Busque con la vista el cepillo para peinarme, lo encontré y lo agarre para desenredarme el cabello. Luego de dejarlo liso, y no como hace un par de segundos, agarre el listón de color rojo y lo amarre en mi pelo en una cola alta.

Estaba completamente lista para empezar el día. Me puse el bolso y agarre las llaves de la habitación junto a mi celular para luego salir de la habitación. Los pasillos estaban algo alumbrados por la luz que atravesaba las ventanas, todas las chicas a esta hora deben de estar durmiendo, todas se acostaron tarde por distintas razones: alguna estudiando para el examen de hoy y otras por la borrachera que tuvieron que haberse dado anoche.

Seguí caminando y baje las escaleras ya que el ascensor estaba en reparación. Al llegar a el cuarto piso di la vuelta en la esquina y empujé la única puerta que se encontraba por esa zona. Al entrar, el impacto de olores llegaron a mi olfato.

Había ido a el comedor para desayunar, normalmente aquí solo comíamos dos veces a el día por las clases, nuestra primer clase comenzaba a las 7:00 y ya terminaba a eso de las 10:30 dejando unos 15 minutos para descansar y luego volver a las clases hasta las 2, que era nuestra hora de almuerzo.

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