Momentos || 9

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Katya Petrova

—Eso es todo, pueden retirarse — demandó la profesora de la cual no recordaba el nombre, agarre mi bolso feliz de poder tener descanso por hoy.

Caminé en dirección a mi habitación, lista para encontrarme con Cassandra. Con respecto a los nuevos estudiantes tuve una conversación con los chicos por el grupo, acordamos darles una muy hermosa bienvenida.

El año pasado la habíamos pasado muy bien, fuimos como todos los años la sensación, ¿Qué mejor que un aperitivo para iniciar este nuevo año? Una nueva idea para destacar como siempre en el lugar.

Siempre habíamos acostumbrado empezar el año de esta manera, ya para la fecha de la graduación de los de tercero daremos el golpe final, una muy linda despedida y bienvenida para los de último y primero.

La habíamos planeado en los inicios del año anterior, una fiesta en la cuál lo que sobraría sería el que dirán y sobre todo, la sangre. La graduación que dará final a el internado Kuznetsov, el momento en el que todo se sabrá, en el que todo el mundo sepa que es lo que pasa en realidad detrás de las paredes del tan prestigioso Internado.

Daniel y yo hemos tenido una idea para lograr mandar a la mierda todo. Ya estamos cansados de estar encerrados aquí, siempre fingiendo ser perfectos para así hacer felices a nuestros padres, ya no más, ahora nosotros vamos a destruirlos y enseñarles que esas personas que tanto tratan de "acomodar" son solo la consecuencia de sus errores, y claramente su castigo.

Por si no lo sabían las gallinas no sólo destacan por sus cabelleras rojas, sino también por uno de sus más grandes talentos: saber todo. Y cuando les digo que lo saben todo lo saben to-do.

Menos nuestro secreto.

Exacto, a menos de que nos oculten que lo saben pero ¡ese no es el tema!

Paré al ya llegar a mi habitación, abrí la puerta dispuesta a entrar hasta que escuche como alguien habló a mis espaldas.

—Tarde —di un brinco del susto, dándome la vuelta dispuesta a golpear a quien fuera. La cara de Cassandra tenia una ceja alzada mientras que soltaba pequeñas risas.

—¡Me asustaste, tarada!

—Tarada la tuya —dijo entrando a mi cuarto como perro por su casa.

Rodé los ojos entrando.

—Entonces, cuál es el mío y el de Casey— preguntó ella observando mi cuarto.

—¿Y donde está tu copia?

—Con nuestros padres, ya sabes, eligiendo todo para nuestra fiesta número dieciocho.

Abrí la boca asombrada. Verdad que en estos días cumplían años.

—Ah sí, me había olvidado que ya cumplían años, ¿Cuando me llega la invitación? Para despejar mi agenda.

—¿Quién te dijo que te invitaríamos? — bromeó la pelirroja. Rodé los ojos y ella suspiró —. El martes 28.

Asentí.

—La semana que viene.

—Correcto.

—Si, creo tener la agenda libre para ese entonces — agarre los expedientes de cada uno, buscando el suyo, le pasé los dos y ella los miró —. Para las hermanas dos hermanos.

—Gea y Gael Rizzo — leyó en voz alta—. ¿Enserio? ¿Los pelirrojos?

Asentí con una sonrisa burlesca.

—¿Qué? ¿Te caen mal los pelirrojos? Wow, que insultó hacia tí misma.

Ella bufó, volviendo a leer el documento.

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