𝐎𝐏𝐏𝐎𝐒𝐈𝐓𝐄 𝐒𝐏𝐄𝐄𝐃𝐒 || Han Lue

XIV

— Muñeca, ¿quieres una bebida especial? ¿O vienes por mi número de teléfono?

La sonrisa de Lessa se mostró, los ojos verdes de esta no eran visibles por los lentes de sol que llevaba puestos.

Lessa había vuelto a su yo extrovertido y que salía de fiestas cada que podía, su cabello ahora tenía un color morado oscuro, casi color uva de nuevo, solo que un poco más oscuro, casi se confundía con un negro, además, tenía unos mechones color lila brillante, casi blanco que contrastaba con el oscuro color morado.

Sentándose en el taburete del bar, la chica pidió la bebida de siempre, siguiendo su conversación con el barman, su amigo, aunque cuando el alcohol se le pasaba un poco, era un chico apuesto. — Hablo enserió, mi número de teléfono esta esperando por ser pedido.

— Si tanto quieres salir conmigo... ¿Por qué no me pides mi número entonces? Tú eres el interesado ¿no crees que es más justo? — La chica le guiño un ojo, siguiendo con su bebida.

Habian pasado un par de meses, casi un año, después de todo ese incidente, lo que hizo que Lessa regresara a Sicilia, su hogar, esta había perdido comunicación con todos, excepto con Brian, claro, no podía permitirse perder la comunicación con el rubio, amaba hablar con los pequeños rubios.

No había conocido a Olivia en persona, pero había visto fotos, una pequeña castaña con ojos azules, justo como los de su padre, era una copia exacta de Mia con los ojos de Brian, a diferencia de Jack, que era una copia exacta de Brian.

Lessa estaba viviendo bien ahora, claro que esas noches de sobrepensar todo, de tristeza, seguían ahí, a veces había lágrimas, a veces solo palabras hirientes para ella misma, y Lessa sabía que eso no estaba bien, razón por la que había decidido salir más, tratar de llevar la vida que esta llevaba antes de conocer a Han, claro, sin la inmadurez de una chica de diecisiete años.

Lessa tenía casi veintidós ahora, y aunque no era la gran adulta, esta había dejado muchas cosas que hacia cuando tenía dieciséis, como acostarse con tipos guapos y que olían bien en un bar, o tomar hasta perder el conocimiento, ese tipo de cosas, aunque muy en el fondo, si alguna vez se sentía lo suficientemente aburrida, lo haría, solo por una noche.

Lessa escucho como el chico frente a ella hablaba, sin embargo, todo fue interrumpido de repente, la chica logró escuchar algo, como si fueran unas esposas a sus espaldas, mirando por el reflejo del vaso, esta salto del asiento antes de que esa mano siquiera pudiera tocarla, dando una rápida vuelta, la chica estrelló el vaso de cristal contra la cabeza del rubio tomando el arma qué este tenía en el bolsillo, la chica lo apunto mientras este posaba su mano en su cabeza debido al dolor. — Te lo dije, no movimientos muy planeados con ella. — Lessa elevo una ceja, mirando a su lado, la imagen del señor Don Nadie la saludo, esta bajo el arma, suspirando antes de ver al rubio de ojos azules frente a ella. — Perdónalo, es nuevo.

La chica observo al chico, parecía de su edad o unos años mayor, cabello rubio, ojos azules, no de gran tamaño, quizá del mismo suyo, portaba un traje oscuro, muy parecido al del señor Don Nadie, pero a juzgar por las motas de tela que este tenía, y que no eran muy visibles, estaba segura que era más barato que el del mayor. — ¿Desde cuando contratas? No te creia con esas necesidades. — Lessa le lanzó el arma al rubio antes de caminar de nuevo al bar, donde el chico de antes la miraba con una sonrisa, nada sorprendido.

Era la hija de la mafia en Sicilia, verla golpear a alguien con un vaso e cristal no era nada.

— ¿Quieres una copa? Yo invito. — La chica dijo, pidiéndole una nueva bebida al chico.

— Una cerveza, belga, estaría bien, y al chico... Solo tráele un vaso con agua.

— Nada de beber en el trabajo, buena regla. — Lessa asintió, mirando al chico, quien le guiño un ojo antes de caminar hacia el gran estante de bebidas, listo para preparar los pedidos. — Debe haber algo que quieras pedirme ¿no? Los vuelos a Italia están muy caros en esta época del año.