Loud ๑ Luckity ②

XXIX

(2/2)

— Quackity, eres cruel— dijo Luzu en cuanto Charlie se fué.

Ambos estaban en el cuarto, en sus últimos minutos que quedaban, sólo para revisar si estaban olvidando algo, antes de bajar sus bolsos.

El chico lo miró como si no hubiera hecho nada malo en toda su vida.

Luzu se cruzó de brazos, ofendido.

— Tu ternura no va a salvarte— dijo.

Quackity miró al suelo, con un adorable mohín en los labios, antes de mirar a Luzu con su mejor carita de perrito abandonado.

— Mierda— Murmuró el castaño, frunció aún más el ceño, ahora molesto consigo mismo por no poder aguantar a su lindo novio—. Esa carita de ángel no te va a salvar de haber coqueteado con Charlie.

Quackity frunció el ceño, confundido.

— ¿Coq-quetear?— preguntó.

No podía mentir, si había abrazado y sonreído mucho a su amigo de la infancia al ver la actitud de Luzu, aunque era sólo por diversión,  ni con ganas de coquetear.

Luzu suspiró.

Lo vió acercarse un paso más hacía él, hablando bajo, mirando directamente sus ojos.

— Me duele cuando te veo con otra persona así— confesó—. Me arruina el día, me hace sentir como que te extraño aunque estés al lado mío— añadió.

Quackity se sintió verdaderamente mal.

Su novio no merecía dolo, aún si era por sus simples ganas de molestarlo.

— Lo siento— murmuró.

Luzu alzó las cejas, acercándose más a él, con el rostro a centímetros de él de Quackity.

— ¿Cómo?

Quackity sonrió un poco.

— Q-Que lo siento.

Luzu se acercó un poco más, haciendo que sus narices se tocaran, frotó un poco la suya contra la de Quackity.

— ¿Puedes repetirlo una vez más, bebé?, no te escuché— dijo el castaño, sintiendo por la cercanía.

Cómo quería, Quackity cortó la distancia entre ellos, besándolo con suavidad, moviendo sus labios con lentitud contra los de Luzu, quien aumentó la profundidad del beso conforme duraba, mordiendo ligeramente el labio inferior de su novio antes de separarse.

Luzu tenía sus brazos rodeando la cintura del pelinegro, manteniéndome lo más cerca posible de él.

Notó a Quackity morderse el labio, conforme sus mejillas enrrojecian por tanto contacto, con sus caderas pegadas a las del mayor, y el mínimo movimiento haría fricción en su intimidad.

Como si se hubieran dado cuenta de eso al mismo tiempo, Luzu lo soltó apartándose de golpe, sin decir nada más, y con las mejillas rosadas tomó su bolso y salió de la habitación.

Abro debate:

¿La chocolatada con o sin azúcar? 👀

Los enfermos que le ponen azúcar hasta a la sopa, reportense 😎🤚