XLIII

2.2K 283 28
                                    

Este capítulo va dedicado a    Axelpatito_Draws que se durmió y no estuvo para la actu 😔✊

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Este capítulo va dedicado a    Axelpatito_Draws que se durmió y no estuvo para la actu 😔✊























—Rubius no quiero— se quejó Vegetta, apretando con fuerza los posabrazos de su silla.

El peliblanco tenía el manubrio de la silla sujeto, y no dejaba que se fuera.

— Vegetta, ya lo hiciste con la terapeuta, puedes hacerlo de nuevo.

— ¡Mis piernas se doblan, Rubius, me caeré!

— No dejaré que te caigas, Vegetta.

Vegetta negó, no quería hacerlo.

Estaban en el salón de baile, donde una barra en la pared como a un metro del suelo lo esperaba.

Durante el fin de semana, en sus terapias, había logrado ponerse de pie por primera vez en muchos años.

En ese momento había estado con Rubius, y su novio estaba más emocionado que él por mostrarle a sus amigos aquello, así que se habían quedado después de clases en la sala de baile, con Luzu y Quackity algo alejados, mirándolo con una sonrisa expectante.

Y Vegetta no quería decepcionarlos, pero no podía hacerlo por sí mismo.

Su terapeuta le había colocado una especie de barras metálicas en sus piernas, sostenidas con vendas elásticas que rodeaban sus piernas, que mantenía sus extremidades inferiores rectas y firmes, así que él sólo debía levantarse, sin hacer fuerza con sus piernas y apenas preocupándose un poco por mantener el equilibrio, aunque se había sostenido del andador con fuerza.

Todo muy diferente y más profesional que una estúpida barra de baile frente a él y a un molesto novio que le insistía en pararse.

— No, no puedo hacerlo— Vegetta negó, su vista se nubló por las lágrimas.

— Vegetta— Rubius se inclinó hacia él desde su espalda, hablando cerca de su oído—, yo creo que puedes, sólo inténtalo, con calma.

Rubius tomó las manos de Vegetta, quien soltó el apretón que tenían sus manos sobre los posabrazos, el peliblanco las guió hasta la barra, el otro apretó su agarre en esta.

— Yo te ayudaré a levantarte— dijo Rubius—, también te sostendré mientras estás de pie, no te preocupes por caerte, no dejaré que eso pase,¿Bien?

Vegetta asintió, seguía teniendo aquel absurdo miedo, pero confiaba en Rubius y en sus palabras.

Rubius se apartó de él para bajar las piernas de Vegetta de los apoyapies de la silla, dejando sus pies en el suelo, notó el ligero temblor en las piernas de su novio y se sintió un poco mal.

Se acomodó a un lado de la silla, Vegetta seguía aterrado, con su vista clavada en la pared frente a él y apretando la barra con fuerza, al punto que sus nudillos se habían tornado blancos.

Rubius colocó sus manos a los costados de Vegetta, sosteniéndolo por las axilas.

— ¿Listo?— preguntó, el otro negó—. Sólo mantén los pies en la tierra, yo te levántare y te sostendré en todo momento, ¿Bien? Hazlo cuando estés listo, Veg.

Vegetta suspiró con nervios, se sentía a morir.

Reconocía que su miedo, o pánico, era otra irracional, lo peor que podía pasar era caer de culo al suelo, pero no quería que pasara, no quería decepciónarse con eso.

Tomó aire y lo retuvo en sus pulmones, impulsándose un poco, flexionando sus brazos para acercarse a la barra, conforme Rubius lo sostenía para levantarlo, enderezando su cuerpo.

Se asustó un poco por el vértigo que le causaba cada vez que notaba el suelo alejarse, y también al separarse tanto de su silla.

Le daba pánico ser tan alto, a demás de que se sentía raro llegar a la misma altura que Rubius.

Sintió lo débil de sus piernas y el peso de su cuerpo en sus pies, pero Rubius lo sostenía firmemente, y por más que sentía que en cualquier momento sus rodillas faltarían y se caería, su novio era más firme que eso.

Sonrió ampliamente, escuchó a Rubius reír por lo bajo por la felicidad.

Vegetta acomodó un poco sus pies en el suelo, sintiéndose seguro con el apoyo.

Escuchó aplausos y ambos se giraron a ver a Luzu, quien aplaudía con ganas, mientras Quackity grababa con su celular, con una sonrisa enorme, todo lo que ocurría.

Se sintió tan bien que en algún punto su felicidad lo rompió por dentro, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

— Rubius, q-quiero sentarme— pidió, su voz sonó endurecida.

El peliblanco asintió, miró por sobre su hombro a Luzu, quien se acercó rápido hacia ellos, tomando la silla para acercarse a Rubius, sosteniéndola mientras Rubius acompaña a su novio a acomodarse en esta.

Una vez estuvo sentado, no pudo evitar romper en llanto, sintiendo un gran alivió por algo tan pequeño como poder estar de pie, aún así que fuera por su cuenta.

Rubius lo abrazó con ganas, dejándolo empapar su hombro en lágrimas.

Quackity dejó de grabar, totalmente emocionado por aquello, se acercó a ellos para también abrazar a Vegetta.

Luzu también se unió al abrazo, hasta que escuchó a Vegetta reír por tanto apoyo, haciendo que los demás sonrieran con orgullo.

Loud ๑ Luckity ②Donde viven las historias. Descúbrelo ahora