Prólogo

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La primera vez que la vi tenía 5 años, jugaba a ser una princesa y mí reino eran los peluches, cuando de repente mi entorno cambio.

Recuerdo mirar a mi alrededor y no reconocer donde estaba. Era una habitación, todo era tan blanco qué brillaba; el suelo, tocador y cama parecían hechos de perlas, tenían tantos detalles que miraría por horas y aún no sería suficiente para verlos todos. En ese entonces creí que era un sueño y esa la habitación de una princesa, no estaba tan equivocada con lo último.

Levante mi mirada, en la pared había un espejo ovalado con un marco de plata. Este tenía grandes y pequeños relieves ovalados, diferentes formas hojas a su alrededor y en la punta yacía un escudo. Lo busqué tiempo después y jamás encontré nada parecido.

En su reflejo se encontraba una persona tan parecida a mi o idéntica si no fuera por su cabello níveo, la única diferencia de este es que tenía dos mechones delanteros negros.
Doy un paso hacia atrás asustada. El reflejo de esa persona no era mío.

Mire a través de sus ojos que eran una réplica de los míos, quedo helada y siento escalofríos en mi espalda. Ella sonríe de una forma tan calmada y tranquila, ella me esta viendo y sabe que estoy aquí. Cerré los ojos con fuerza y al volverlos abrir estaba en mi habitación otra vez. Salí corriendo donde estaba mi mamá, al verla no pude evitar llorar.

En ese momento comenzó todo o eso es lo que dicen, muchos creen que empezó cuando ella me encontró, pero yo sé que empezó antes de nacer, tan pronto se estaba formando la predicción qué lo cambiaría todo.

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La Princesa Impostora (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora