Capítulo 15

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El cabello de Zafir está desorganizado, muy diferente a como lo tenía al principio del día. Hay dos velas a cada lado del libro que está leyendo, su concentración es tanta qué no nota mi presencia al llegar.

Me fijo en la esquina de la mesa donde está apoyado, hay varios libros apilados, eso puede explicar las horas que lleva desaparecido.

—Te estuve buscando, no entiendo como no se me ocurrió el lugar más evidente. —Me acomodo en la silla frente a él, con la mesa separándonos. —La biblioteca. —Confirmó.

La biblioteca es como todo en Kalaria, níveo como la nieve y elegante como solo ellos pueden. Sus estructuras refinadas y delicadas, todas hechas hasta con el minúsculo detalle y un estilo gótico se puede ver en toda su arquitectura. El castillo es ilustre, todo perfecto, tan blanco que da miedo que con solo verlo se pueda manchar. Es tan imponente y hecho con tanta dedicación qué te hace cuestionar si eres merecedor de entrar.

—Soy fácil de encontrar. —Explica sin despegar la mirada de sus libros. —Leer me ayuda a calmar el remolino de mis pensamientos, y estos últimos días lo he necesitado más que nunca.

—¿Sucede algo? —Preguntó, pero no obtengo respuesta. Lo vuelvo a intentar a los minutos. —¿Estás enojado por qué el matrimonio se volverá a retrasar?

Zafir levanta su mirada por primera vez desde que llegué, está no expresa enojo, pero tampoco está feliz.

—Eso me es insignificante. En nuestro matrimonio utilizarás la corona de Kalaria, tú casa y familia. Yo llevaré la de Zavidia, esto no es más que beneficioso. —Plantea con sinceridad, pero su expresión sigue sin cambiar.

El aparta su mirada de la mía para observar la ventana, como si mirarme fuera un problema.

—Si eso no es lo que te agravia ¿qué lo hace? Puedo ver que estas inquieto.

—Mi inquietud se debe a ti. —Su mirada vuelve a mí, aún más intensa. —Se que me ocultas algo, no sé qué es. ¿Solo tengo el presentimiento de que cada vez se está haciendo más grande, estoy en lo cierto?

Su mirada es dura y mi voz se queda estancada, el parece ver a través de mí y eso me asusta. Sé que debo decir algo, pero mis palabras se niegan a soltarle otra mentira. Quiero gritarle, confesarle todo, pero la inseguridad me retiene.

—Helder despertó. —Continúa, tomando mi silencio como una respuesta. —El corroboró tú historia.

No puedo evitar la sonrisa que sale de mí al escuchar la noticia, ignoro la mirada que Zafir me da.

—Me alegro por el bienestar de Helder, Kaela aun lo desea con nosotros. ¿Pero puedo ver tu disgusto, acaso cuestionas la veracidad de mi historia? —Suelto con voz calmada, evitando su pregunta anterior.

—El otro guardia murió, solo Helder y tú saben lo que sucedió, los demás somos simples espectadores en la historia que contaron. Su historia se acaba de convertir en la unica verdad con la muerte del otro guardia.

Sus palabras son filosas, buscan provocarme, ¿pero con qué fin? ¿Enojarme y decirle la verdad? Eso no sucederá, ¿pero porque Helder me apoyó? Mi plan era regresar antes de que despertará y rogarle qué me ayudará, no tuve que hacerlo. Él ya me ayudó sin siquiera pedírselo.

Salgo de mis pensamientos al ver a Zafir levantarse y caminar hacia la salida, no parece querer seguir esta conversación o estar en la misma habitación conmigo.

—Volveremos mañana a Zavidia, la caza nos espera. —Suelta sin mirarme.

—Zafir. —Corro hacia él y tomó su mano evitando qué salga, él se voltea hacia a mí con una mirada expectante. —Confía en mí, por favor.

La Princesa Impostora (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora