Pete POV
Desde los doce años escuché a los adultos a mi alrededor hablar de mi inclinación al caos, decían que no conocía nada mejor y por ello tendía a destruir todo lo bueno a mi alrededor, años después un terapeuta me diagnostico con problemas de atención e hiperactividad y apenas hacía unos meses el psicólogo de la universidad me dio un folleto sobre la adicción al sexo después de escuchar rumores en los pasillos.
Sentía que cada que un seudo profesional se sentaba frente a mí era diagnosticado con una nueva enfermedad mental, ya ni siquiera podía tomar mis medicamentos sin miedo a que alteraran alguna otra cosa en mi cerebro y finalmente terminara en un psiquiátrico.
―Creo que estás exagerando. ―negué jugando con mi Martini de manzana entre los dedos, era la primera vez que bebía en más de un año, una copa más y bailaría sobre la barra. ―Debiste explicarle que todo eso son solo chismes, no mudarte de ciudad sin avisarle a nadie en mitad del verano.
―He tratado de explicarles eso a todos durante años, no voy a discutir también con los profesores de la escuela sobre mi vida privada. ―murmuré escuchando mi propia voz temblorosa. ―Y le envíe un mensaje a Kim antes de tomar el avión, sabe donde estoy y que necesito un respiro.
― ¿Qué dijo?
―Amenazó con venir a buscarme si no volvía a casa de inmediato, así que le envíe un mensaje a Kinn pidiéndole que lo detuviera. ―la sonrisa en el rostro de Porsche trastabillo al escuchar ese nombre, pero se apresuró a ocultarlo, debía recordarme no hablar de él frente al único amigo que tenía aquí. ―Me darán este semestre para descansar de los rumores y esperan que el tiempo haga que desaparezcan.
― ¿Crees que funcione? ―me encogí de hombros y me dio una palmada en la espalda. ―Puedes estar tranquilo, nadie aquí sabe quién eres y te ocultaré si alguno de esos locos viene a llevarte de vuelta.
―Gracias.
― ¿Tienes dónde quedarte? ―asentí encogiendo la nariz. ― ¿Qué?
―La condición para que Kim no viniera, fue que los dejara conseguir ellos mismos el lugar donde voy a quedarme. ―farfullé recostándome sobre la barra escuchándolo reír. ―Es horrible, una familia entera podría vivir ahí y la habitación tiene un enorme tragaluz sobre la cama.
―Eres la única persona que conozco que podría quejarse de tener un piso de lujo todo pagado por un semestre, por un tragaluz en la habitación. ―le miré con el ceño fruncido y él sonrió suspirando. ―Ya casi termina la temporada de lluvias, estarás bien.
―Es Tailandia, todo el año es temporada de lluvias. ―gruñí volviendo a recostar la frente en la barra. ―Debe ser una trampa para que regrese antes.
―Suena a algo que haría Khun. ―confirmó con cierta gracia y le pidió otra cerveza al cantinero. ―Puedes quedarte en mi piso si hay una tormenta, no es tan grande y tendrás que quedarte en el sofá, pero es mejor que estar solo.
― ¿Por qué no puedo dormir contigo en la cama? Lo hicimos una vez antes. ―exclamé levantándome del todo para mirarlo con el ceño fruncido y él puso los ojos en blanco sin dejar de sonreír.
― ¿Recuerdas cómo terminó esa noche?
―Ninguno de ellos está aquí, no van a sacarme de la cama en la madrugada. ―rezongué tomándome el último trago de mi copa, haciéndole una señal al chico tras la barra para que me diera otra igual. ―Si no quieres dormir conmigo, buscaré a alguien que me deje dormir en su cama. ―exclamé observando el bar con curiosidad.
―Quizás por esos comentarios es que te dieron un folleto sobre la adicción al sexo. ―lo fulminé con la mirada y sonrió divertido. ―Si estás dispuesto a buscar a alguien con quien compartir la cama, quiere decir que ¿estás soltero?
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Baby
FanfictionPete es ruidoso, despistado, le pide compartir la comida, le hace cientos de preguntas y no parece entender lo que es el espacio personal. A donde sea que va ahí está Pete sonriente y emocionado de verlo, como un perro que agita la cola cada que lo...