Gatos y orcas

1.1K 173 58
                                    

Pete POV

Llegué a nuestra esquina más temprano que la mañana anterior como una oferta de paz, conseguí dos cafés y un par de panecillos, no sabía cuales le gustaban, así que tome una variedad de ellos, apenas lo vi acercarse le dediqué una sonrisa y volvió a hacerme ese gesto que seguía confundiendo con el inicio de una.

―Te compre un café, Porsche me dijo cuál era tu favorito. ―musité extendiéndole la bebida en cuanto lo tuve lo suficientemente cerca, miró la bandeja y luego a mí antes de tomarlo. ―También traje panecillos, pero Porsche no sabía cuales te gustaban, así que improvise. ―añadí mostrándole la bolsa.

―Gracias. ―al menos ya no sonaba enojado, sonreí guardando la bandeja en mi mochila para cuando encontrara un bote donde tirarla y acomodar el resto de mis cosas para poder tomar su mano, una vez estuve liste lo miré estirando el brazo para que fuera él quien aceptara tomar la mía, había llegado a la conclusión de que sería más fácil si lo dejaba decidir a él. ―Pete. ―murmuró sin llegar a tomarla y aun cuando me prometí que estaría bien si no lo hacía, algo en mi estómago se encogió. ―Creo que tenías razón, debo ponerte limites si vamos a seguir con esto.

― ¿Vas a prohibirme tomarte de la mano? ―exclamé casi ofendido, era lo único que tenía, ya me había dicho que no a todo lo demás.

―No, en realidad quiero llegar a acuerdos, estoy dispuesto a tomarte de la mano, pero nada más, no me soy fanático del contacto físico. ―asentí en silencio, ¿era su forma de decirme que aceptaba que éramos novios? ―Puedes venir a mi casa por las tarde, solo no puedes quedarte a dormir por las noches. ―volví a asentir con la mirada fija en la suya. ―Y si vas a aparecer en alguna parte envíame un mensaje primero, para saber que estarás ahí, no me gustan las sorpresas.

― ¿Es todo? ―fue su turno de asentir y sonreí. ―Bien, puedo con eso, solo una pregunta más. ―musité queriendo dejar todas las cartas sobre la mesa. ― ¿Esto quiere decir que ya somos novios de verdad? ―su garganta subió y bajo como si pensara en la respuesta y finalmente asintió, de no haber prometido seguir las reglas habría saltado sobre él de inmediato. ― ¡Le diré a todos! ―exclamé más emocionado de lo que debería, él puso los ojos en blanco y tomo mano para jalarme camino a la escuela. ―Les contaré que nos hemos enamorado a primera vista.

―Eso es mentira.

―Ellos no necesitan los detalles. ―volvió a negar y comencé a correr para llevarle el paso, no importaba, podía correr a su lado todo lo que quisiera. ― ¿Te molesta si hablo con mi exnovio?

―Te dije ayer que no.

―Te dije que volvería a preguntar cuando aceptaras que éramos novios.

―Sigue sin importarme.

―Bien, porque le contaré esta noche que has aceptado nuestra relación. ―me miró por encima del hombro con una ceja levantada y le dediqué una sonrisa.

Caminamos tan rápido que cuando llegamos a la universidad aun nos quedaban treinta minutos antes del comienzo de las clases, lo acompañe a dejar sus cosas en el salón y me llevó a las mesitas detrás del edificio para poder comer nuestros panecillos, aunque la realidad era que él se comió uno y yo vacíe el resto de la bolsa.

― ¿Iremos juntos a tu casa todos los días?

―Días de escuela nada más.

―Podemos tener citas los fines de semana. ―sugerí sentándome con las piernas cruzadas de frente a él, por su parte se mantuvo con los pies en el suelo viéndome de reojo con la mitad del café aun en su vaso en medio de ambos.

―Si tengo un proyecto importante, no quiero que me interrumpas.

―Dame un calendario y planearé alrededor. ―musité entusiasmado. ―A veces tengo que hacer maquetas y tampoco podre ir a tu casa esos días, con suerte serán en la misma época y podré organizar un par de citas cuando tengamos más tiempo libre.

BabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora