The list

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Vegas POV

Pasamos cada minuto de ese fin de semana juntos, dormí en su casa por primera vez, escuché su historia y le di la atención que pedía desesperadamente, quería darle una oportunidad a la teoría de Macao, porque hasta ahora no había pensado siquiera en intentarlo y en cualquier caso obtendría una respuesta.

Si lo pensaba con lógica, no teníamos mucho sentido juntos, no creía en la teoría de los polos opuestos que se atraen, era imposible que dos personas tan diferentes encajaran bien, parecía más bien que las forzaban a estar juntas hasta que ya no había forma de separarlas porque se habían atorado la una con la otra y al jalarlas se romperían. Sonaba a una relación enfermiza en la que nadie era del todo feliz.

Pero estaba dispuesto a tener la mente abierta, busqué las cosas que me gustaban de Pete, anotándolas en una lista imaginaria, a la par de aquellas que me molestaban, quería saber si había más pros que contras para estar juntos o si era todo lo opuesto.

Si iba a aceptar la relación, lo haría sin tener dudas. No quería preguntarme a diario si en verdad era feliz con Pete o si solo aprendí a soportarlo, necesitaba estar completamente seguro de lo que sentía y lo que era mejor para mí. Incluso si era complicado equilibrar los sentimientos con lo racional.

Nunca le diría en voz alta lo que hacía, conociéndolo haría cientos de preguntas sobre porque el cantar en mi oído era malo y sus curiosidades sobre las orcas eran buenas. Pete era un curioso espécimen de estudio, no podía enojarme del todo con él y al mismo tiempo me pasaba la mitad del día frustrado con las cosas que hacía.

No me molestaba que quisiera tomar mi mano, pero cuando me envolvió con todo su cuerpo tratando de rozar nuestros labios mi corazón se detuvo preocupado por lo que querría hacer después. Estaba bien si escuchaba su música, incluso podíamos tener un género en común, solo odiaba que cantara tan cerca de mí. No sabía cómo sentirme cada que lo veía en mis competencias, era molesto escucharlo gritar mi nombre y volverme el centro de atención, si se quedaba callado quizás pudiera soportarlo. Dormir juntos todos los días, no era una opción, ni siquiera estaba abierto a discutirlo y llegar a un arreglo. Él tenía su casa y yo la mía, si yo había logrado superar el pánico a mirar bajo la cama, él debía enfrentar la lluvia nocturna.

Las listas parecía ir parejas, dejándome en un punto neutro que no me daba una respuesta. Sabía que no podía hablarlo con Porsche, incluso si él conocía mejor a Pete, jamás entendería el propósito de mi lista, Macao solo sabía lo que escuchó de mí o de Porsche, y por sus comentarios era bastante claro que no era imparcial en el asunto. El resto eran una causa perdida, desde que conocieron a Pete los tenía comiendo de su mano y no dejaban de empujar la relación.

Hacía no mucho tiempo Porsche me llamó un domingo en la mañana, después de su salida al bar con sombreros de vaquero, para ir a desayunar con todos ellos, y a pesar de mis múltiples negativas, los cuatro se aparecieron en mi casa obligándome a seguirlos, había pensado que era raro que Pete no se uniera a nosotros, pero no lo mencione, resultó que la reunión sorpresa era para informarme del exnovio de Pete.

―Sé que habla con Kim, Pete me lo dijo hace días. ―murmuré poniendo los ojos en blanco, tenía cosas que hacer más importantes que discutir esto. ―Pudieron decirme esto por teléfono y me habrían ahorrado el viaje hasta aquí.

―Creo que no lo entiendes, Pol dile lo que me dijiste a mí.

―Bueno, después de que llegamos a la casa, Pete me dio unas cobijas para acomodar el sofá y mientras las estiraba escuché su teléfono sonar, él contestó de inmediato y estaba sonriéndole a la pantalla. ―las cuatro personas frente a mí tenían demasiado tiempo libre. ―Se encerró en su habitación casi de inmediato, pero todo estaba en silencio, así que podía escucharlos hablar y me dio la sensación de que el tal Kinn estaba coqueteando con él.

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