Pete POV
La casa de Vegas estaba más cerca de mi casa de lo pensaba, podría llegar ahí en la mitad del tiempo que tomaba ir hasta la universidad. Era un edificio un poco más lujoso que los apartamentos para estudiantes, por fuera tenía la misma fachada y no tenía elevador, pero dentro de cada departamento veías las verdaderas remodelaciones.
Una cocina equipada con una estufa en lugar de parillas eléctricas y una nevera pequeña junto a la puerta de entrada, tenía una barra y un par de estantes de un lado de la habitación, al otro extremo había un librero con diferentes adornos y libros de misterio, en el centro una mesita de café con una alfombra debajo.
Al final del piso estaba su cama junto a la ventana como me advirtió y para mi mala suerte tampoco mintió cuando dijo que era individual, sobre la cama había otra especie de librero con más novelas de ficción y a los pies tenía un escritorio con varias cosas encima. La única puerta era para el baño, de no ser por los acabados modernos y los electrodomésticos, podría pasar por el cuarto de Porsche que conocía solo por fotos.
―Tienes muchos libros. ―murmuré dejando mi mochila en la entrada junto a la suya. ― ¿Los leíste todos?
―La mayoría, otros fueron regalos de mi último cumpleaños y no he podido leerlos. ―explicó observándome como si temiera que saltara entre los muebles tirando todo en el proceso. ―Ya comprobaste que la cama está junto a la ventana, puedes dejar de insistir con venir aquí. ―añadió cuando llegué al final de la habitación.
―Tienes cortinas. ―señalé girándome a mirarlo. ―Si las cierras para mí, yo miraré bajo la cama para ti. ―frunció el ceño y sonreí volviendo a su lado para atraerlo conmigo tomándole de la mano. ―Te lo dije en la mañana, debemos llegar a acuerdos juntos si seremos pareja.
―Yo no te he pedido que seamos pareja. ―musitó deteniéndose frente a la cama, suspiré dejándome caer sobre la misma y lo miré con una media sonrisa.
―Eres más difícil de lo que creía. ―respondí antes de verlo dar la vuelta para ir hasta la cocina. ―Sé que te agradó, te he hecho sonreír dos veces y dudo que seas tan paciente conmigo solo porque Porsche te lo pidió. Seguramente te pidió lo mismo con los demás y no veo que los trates con la mitad de paciencia que a mí.
―Nunca me pidió que los tratará diferente, solo dijo que tuviera la mente abierta cuando los conociera. ―explicó mientras sacaba un paquete de fideos instantáneos.
― ¿Por qué? Parecen muy normales. ―musité levantándome sobre los codos mirándolo cocinar su sencillo platillo.
―Son entrometidos. ―murmuró encogiéndose de hombros. ― ¿Vas a quedarte a comer? ―asentí pensativo y sacó un segundo paquete de fideos. ―Debes irte después de comer, tengo tareas que hacer.
―Puedo sentarme callado a verte trabajar, no te molestaré ni un poco. ―prometí sentándome en la orilla de la cama y se detuvo a mirarme con incredulidad. ―De verdad, puedo guardar silencio. Cuando Kim escribía su música no le gustaba el ruido alrededor y estuve con él en cada canción que escribió. Ahora está de gira. Soy un genial compañero de trabajo.
―Hablas como los niños. ―musitó tras un largo suspiró. ―No sabes cuando detenerte, por eso piensan que tienes déficit de atención e hiperactividad.
― ¿Cómo sabes lo de la hiperactividad? ―exclamé frunciendo el ceño y rodó los ojos. ―Entonces ¿puedo quedarme? Haré mi tarea también y no te molestare.
―En cuanto hables te enviare a casa. ―murmuró girándose a mirar la comida y sonreí satisfecho, podía con eso.
Nos sentamos sobre la alfombra frente a la mesita de café para comer, me miró raro cuando tome el lugar más cercano a él a pesar de tener el resto de la mesa para sentarme, pero no dijo nada y tomé la iniciativa para hacerle un par de preguntas sobre sus libros.
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Baby
FanfictionPete es ruidoso, despistado, le pide compartir la comida, le hace cientos de preguntas y no parece entender lo que es el espacio personal. A donde sea que va ahí está Pete sonriente y emocionado de verlo, como un perro que agita la cola cada que lo...