Oli llegó a su apartamento por la noche rogando no ver a García, el antes mencionado lugar se encontraba en una zona no muy concurrida de Buenos Aires, casualmente vivía en el mismo edificio dónde Charly a contra puerta y eso para ella había sido una bendición hasta ese día, al entrar a su lugar dejó sus botas con cintas en el tapete que adornaba su puerta y caminó hacia el living, tenía un espejo enorme dónde solía verse y modelar la ropa que usaba, algunas veces aceptaba pequeños trabajos como modelo, hacía fotos, pasarelas muy pequeñas de diseñadores no tan conocidos y otras cosas, era interesante explorar el potencial artístico que tenía en cualquier disciplina aunque ella pensaba que con el embarazo, tendría que decirle adiós a todo eso.Se observó en el espejo con atención, tenía encima ropas no tan ajustadas, es por ello que nadie podía notar algo aún, no sabía cuanto más aguantaría sin decir una palabra sobre su embarazo sí su vientre evidentemente estaba comenzando a abultarse, llevo una mano hasta su barriga y la acarició con cuidado, una sensación de paz la invadió, realmente lo quería.
—Eres más importante que estar en Serú, eres lo más importante que he tenido hasta este momento y que tendré en mi vida—Dijo en voz alta.
No salió al conservatorio ni habló con nadie los siguientes días, mucho menos con Pedro, estaba pensando que le diría, no sabía cómo perdonarlo aunque fuese su mejor amigo, pensaba que no era nada consciente de que la había puesto en una situación aún más difícil y es que tampoco había ido a disculparse o ver cómo es que estaba, eso era bastante egoísta, Oli estaba desayunando, había dormido hasta tarde ya que el embarazo le daba bastante sueño por la mañana y nada de sueño por la noche, estaba comiéndose una tostada cuándo escucho a alguien llamando a la puerta, corrió hacia ella para observar por el rabillo de quién se trataba, era Pedro.
—Oli, ¿querés dejarme pasar? quiero hablar, sé que soy un pendejo creo que así se dice, pero necesito disculparme y saber cómo estás vos—Dijo en un tono de súplica, le vió por la puerta, en las manos cargaba un ramo de flores y algo que parecía un regalo.
—Pedro, no sé si quiero dejarte entrar, estoy decepcionada—Le contestó desde adentro.
—Lo sé, ¿podés recibir lo que traje al menos? le compré algo al bebé—Oli tomó una respiración larga y finalmente abrió la puerta, se encontró con un Pedro empapado, ni siquiera se había dado cuenta que estaba lloviendo afuera—El coché decidió no funcionar y tomé la ruta del colectivo, no lo alcancé evidentemente, ya sé que soy un pelotudo—La más pequeña rió y se apresuró a traerle algo para que pudiese secarse.
—Te lo mereces, por chismoso—Le jaló una mejilla mientras le intercambiaba los regalos por una toalla de baño, al final ambos se quedaron sentados en el sofá, uno frente al otro.
—Uhmm, quiero pedirte una disculpa, yo no debí ser quien le dijera a Charly lo de ustedes, sos muy madura y pudiste haberlo dicho cuándo sintieras que era el momento pero estoy cansado de que sea un gil de mierda contigo y vos no te defiendas nada—
—Tienes razón, pero no te justifica, aún así debiste guardarlo—Aznar asintió—Pero ya que, igualmente no podía callármelo por siempre, aunque quisiera hacerlo, estoy segura de que no lo tomará bien ni de broma, con todo lo que está pasando—
—No seas tan negativa Olivia, ténes que hablar con él—La tomó del hombro con cuidado mostrándole apoyo.
—Puedo oler lo que me dirá, "me cago en vos, ¿por qué no te tomás algo?"— Lo imitó, Pedro se rió.
—Vos no supongas nada, Charly parece ser así con otras situaciones, pero esto no, es sobre un bebé—
—Bueno, ¿qué le trajo el tío Pedro?—Desvió el tema a propósito mientras abría el regalo envuelto en papeles, destapando así un pequeño trajecito con estampado de bajos.
ESTÁS LEYENDO
la grasa de las capitales 1979, charly garcía
FanfictionOlivia y Pedro Aznar asisten al mismo conservatorio en Buenos Aires, Serú Girán aparece para cambiarles la vida a ambos, o tal vez no fue Serú, tal vez fue charly.