—Charly no nos puede hacer esto—Dijo un estresado David mientras se tomaba los cabellos entre los dedos y tiraba de ellos con desespero, estaban atrás del escenario aún, a nada de comenzar el recital y su amigo ni siquiera había aparecido para las pruebas de sonido—¿No le vieron por la tarde?——No, ni siquiera me acerqué a su piso, quedé en verlo cerca en el estudio pero me llamó para decirme que mejor nos reuniéramos acá, hasta pensé que llegaría antes —Respondió Aznar sentándose a su lado en el taburete improvisado con un ampli extra, Moro tampoco decía nada, solamente estaba fumándose un cigarrillo con calma, se le veía triste y decaído.
—Sin Charly esto no funciona loco—
—Sí va a venir, calmáte—Afirmó Oscar para tranquilizarlo.
—¿Tenes idea de dónde está?—Le cuestionó Lebón viéndole a los ojos con bastante confusión.
—Sí y va a venir, que tenía una emergencia y por eso no pudo llegar antes, tranquilo—
—La concha de su madre—Soltó cuando por fin pudo respirar en paz, sé levantó de donde estaba sentado con las manos sosteniéndose la nuca—Bueno que al menos avisó el mongol, me estaba re cagando encima loco—
Pedro empezó a sentir que las cosas estaban verdaderamente mal cuando Charly apareció tambaleándose en la puerta, tenía los ojos rojos y le notaba energético en un tono extraño, también parecía que estaba ebrio y de mal humor, se acercó para saludarlo como todos los demás lo hicieron pero él le pasó de largo sin siquiera voltearle a ver, su comportamiento lo estaba preocupado, salieron al escenario en un tiempo récord y Charly tocó cada una de las canciones con una energía que ninguno le reconocía de antes, Olivia estaba junto a su hermana entre el público llamándolo pero él no volteó a verla ni una sola vez, en cambio tomaba cercanía con esquinas contrarias y le sonreía a otras chicas que tenía cerca, parecía como sí simplemente desapareciera ante sus ojos, ella se había sentido como la mierda durante todo el recital y cada canción que pasaba la hacía querer salir corriendo pero continuó ahí con la esperanza de que su novio notara que estaba apoyándolo desde cerca como había prometido.
—¡Gracias Buenos Aires, Serú Girán!—Pronunció antes de abandonar el escenario, la castaña estaba destrozada.
—Ni siquiera me volteó a ver, las vio a todas menos a mí, ¿Que es lo qué hice mal?—Dijo entre lágrimas, Cata la guió cerca de su pecho y la abrazó con fuerza, comenzó a hiperventilar sin poder detenerse, estaba teniendo un ataque de ansiedad.
Caminaron entre el público y la rubia le gritó a David quién al ver la situación, bajó en seguida del escenario para llevarlas atrás, Oli se sentó sobre una silla y estaba apunto de desmayarse hasta que Pedro logró acercarse, la tomó entre sus brazos con rapidez y le ayudó con sus respiraciones tranquilizándola poco a poco, ninguno salvo Cata sabía que ocurría, pero todos estaban al pendiente y tratando de ayudar.
—Aquí estoy, estarás bien, sos fuerte—Le decía Aznar en un tono tranquilo mientras le acariciaba el cabello con cuidado, ella estaba en silencio temblando pero mantenía los ojos bien abiertos, quería ver a Charly y no estaba por ningún lado.
—Vamos a llevarla al hospital ahora que esté más tranquila, para asegurarnos de que la bebé está bien—Sugirió Cata a Moro en voz baja, Olivia podía escuchar a todos pero parecían tan lejanos a su vista.
—¿Qué te a pasado a vos?—Preguntó Pedro—Esto ya no pasaba más, ¿Quién te puso así?—Lamentó mientras recordaba todas las veces que la había consolado y estado para ella en las cagadas de otros.
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la grasa de las capitales 1979, charly garcía
Fiksi PenggemarOlivia y Pedro Aznar asisten al mismo conservatorio en Buenos Aires, Serú Girán aparece para cambiarles la vida a ambos, o tal vez no fue Serú, tal vez fue charly.