Capítulo 4: ¿Preparados?

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Bosco

Salgo corriendo, apoyando a conciencia los pies en el suelo, mis piernas están entrenadas por lo que me responden en cuanto se lo pido. Llego antes que Alex al premio que sujeta nuestro profesor, pero no lo cojo, espero unos segundos a que mi vecina llegue también a el pañuelo. Los sonidos de animo de nuestros compañeros se apagan cuando cruzamos miradas. 

Dios...la verdad es que cuando te clava esos ojos vidriosos hace que se te pare el corazón. Examina sus opciones e intenta descifrar que es lo que yo voy a hacer. Le sonrió con suficiencia y eso le hace hervir de rabia.

Da pequeños saltitos por la presión, su cuerpo esta tenso esperando algún movimiento por mi parte. Pasa a la acción. Coge con habilidad el pañuelo y se gira deprisa para llevarlo hasta el lado de su campo. Por unos segundos decido dejarle ganar, pero entonces veo lo bien que se le acoplan esas mallas cortas, como envuelven su trasero y lo tensa, cuando la tela se mueve. 

Que salga corriendo detrás de ella es su culpa, no debería haber elegido ese conjunto tan sexi.

Mi cuerpo va más deprisa por la anticipación de tocarla. La detengo poniéndole una mano en medio de su plana barriga. Gracias al top mis dedos consiguen acariciar su piel desnuda. Tiro de ella hacia mi, terminando por rodearle la cintura con mi brazo. Ella grita de rabia, pero bloquea su cuerpo cuando la sujeto contra mi pecho.

Mis compañeros gritan satisfechos con la victoria, mientras las chicas hacen pucheros.

- Por los pelos peque – le susurro en la oreja. Noto como su cuerpo se tensa y me separó un poco cuando su trasero roza mi parte delantera, no quiero tener una erección aquí, gracias.

- Suéltame – me grita mientras intenta deshacerse de mi agarre.

Sin poder evitarlo, me rio de forma ronca, no conseguiría soltarse si yo no quisiera, pero sus constantes movimientos están poniéndome muy cachondo. Me inclino un poco y paso mi brazo por debajo de sus rodillas y la levantando entre mis brazos. Como no se lo esperaba se queda muy quieta.

- ¡El premio es mío Chicos! – les grito a mis compañeros zarandeándola un poco, para obligarle a que me rodee el cuello con sus brazos.

- Bájame –pide con voz chillona, roja como un tomate.

- Vale, vale, déjala en el suelo Bosco – Luis empieza a acercarse ladeando la cabeza de un lado a otro, pero con la mirada divertida.

La dejo en el suelo y me enseña su puñito con actitud amenazador.

- Recuerda peque que la violencia no esta permitida ¿no querrás quedarte fuera antes de empezar? - bajo la voz para que Luis no nos escuche.

- ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames "peque2? - levanta la cabeza para enfrentarme. Su cara esta a un palmo de la miá. Me inclino hacía ella y veo como traga saliva, visiblemente nerviosa.

- Buuuf, pues no te queda – le guiño un ojo y ella se da la vuelta deprisa, golpeándome con su densa coleta en la cara – ouch, ¿esto también cuenta como agresión?

Alex me ignora y se cruza de brazos junto a las chicas que se han acercado a nosotros, mi equipo también esta viniendo a nuestro encuentro.

- El pañuelo – le pide el profesor a mi vecina, aprieto mis labios, para no expresar con mi cara que se me había olvidado la finalidad del juego. Alex le da el pañuelo con mala gana – Los chicos ganan - exclama el profesor y nosotros gritamos contentos – Empezáis vosotros a esconder el pañuelo. Tenéis hasta mañana para decidir un sitio y venir a decirme donde es, para comprobar que el chip de rastreo funciona. Por cierto, una vez se decida el escondite no podréis cambiarlo hasta que el otro equipo lo encuentre, así que pensar bien donde vais a esconderlo.

El juego del pañuelo [Saga: NOSOTROS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora