Capítulo 30: Cena en familia.

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Alejandra.

Me bajo del mini bus con sentimientos encontrados. Hoy ha sido nuestro último partido, todas estamos super orgullosas y contentas, por que al no perder ningún partido, hemos quedado primeras en la liga, un año más.

Nos hemos pasado todo el camino hablando de la gala de baloncesto, que hacen todos los años, dónde anuncian las posiciones de los equipos en la liga, dan premios al jugador que más ha puntuado este año, al que más rebotes a conseguidos, al que mejor a jugado, etc... Siempre separados por categorías, que no por géneros.

La ceremonia es abierta, pueden asistir los que quieran. Lo que más me gusta de la gala es cuando nos anuncian, una a una, dándonos nuestro merecido protagonismos, que, aunque siempre nos impone un poco, cada una disfrutamos a nuestra manera. 

Pero aún quedan semanas para ello y yo estoy con la cabeza en otra parte, por lo que no consigo sentir toda esa adrenalina y emoción que tienen las demás.

El caso es que anoche llego mi padre, cenamos los tres en el piso y, aunque el pretendía hacer ver que todo estaba bien, me di cuenta de que no, de que me miraba nervioso y de reojo, que no se aguantaba las ganas por decir o preguntarme algo.

Mi madre estaba más tranquila, pero mantenía, deliberadamente, la distancia con mi padre. Es cuando quieres ocultar algo, pero lo haces todo tan lento y premeditado que los demás acaban dándose cuenta de que algo pasa. Pues eso paso, mi madre evitaba por todos los medios tener contacto fisico con mi padre y, a pesar de que sonreía, no dejaba de evitar su mirada.

Suspiro, por que se que algo anda mal. Además, mi padre a veces me miraba con enojo y otras con cariño y, para colmo, antes de salir de casa, mi madre me dijo que no llegará tarde, que esta noche teniamos la cena, a lo que mi padre añadio muy serio que teniamos cosas que hablar.

Joder, joder, ¡joder!

Estoy segura que ellos saben lo mío con Bosco y estoy segura de que van a echarnos la bronca o a darnos algún tipo de charla incómoda.

Sacudo mis manos nerviosa.

Sole me abraza antes de marcharse, cosa rara porque no suele ser cariñosa y Martina me lanza un beso cuando nos separamos, para cada una ir a nuestras casas.

Saco mi móvil para ver un mensaje de Bosco en la pantalla principal <<Dime peque ¿estas enamorada de mi? >> refunfuño algo inteligible hasta para mi.

Creí, ilusa de mi, que se había olvidado del trueque que hicimos, pero no, solo estaba esperando a que los exámenes finales de esa semana se terminaran, para enviarme esa pregunta a modo de "buenos días" y "buenas noches".

Al principio le respondía con emoticonos sacando la lengua o  enseñando el dedo corazón, pero anoche, se me ocurrió la genial idea de intercambiar los emoticonos por una foto mía en respuesta, sacando la lengua y enseñando mi dedo corazón a lo que el respondió <<Voy a morder esa lengua y a comerme ese dedo y ahora mismo voy a tocarme imaginando en como voy a hacerlo >>

Me quedé en shock. También me gusto, no lo voy a negar. Entonces hice algo de lo que me avergüenzo un poco, le envié una foto miá, de cuerpo entero. Llevaba un camisón de Bumbo, super cuqui, me lo levante un poco, enseñando las braguitas de debajo, con una mano y la otra me la lleve a la boca, mordiéndome tímida un dedo.

Perdí la cuenta de las fotos que me hice, hasta que di con una que me gusto, la revise antes de enviarla, me gustaba como me sentaba el cabello revuelto, estaba bastante sexi a mi parecer. Se la envié con el texto debajo <<Para que no tengas que imaginarme>>

Me arrepentí al momento de enviarla, pero cuando fui a borrarla, ya era tarde, por que me salio la confirmación de que lo había visto. Y solo dijo <<joder, Alex....>>

El juego del pañuelo [Saga: NOSOTROS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora