Alejandra.
- ¿Estas segura, peque? - me dice, mientras se separa del beso de agradecimiento que le estoy dando.
Le cojo de la mano y lo llevo hasta las sabanas. Estoy ansiosa y sé que él también. Bosco suspira cuando llegamos al pie del escenario tan bonito que ha preparado. Me giro para quedar frente a él y llevo mis manos a su cuello, noto como mi contacto lo estremece y me acerco a sus labios. Lo beso despacio, saboreando primero su labio superior y luego el inferior, meto mi lengua buscando la suya y cuando entran en contacto, ambos gemimos.
Mi manos están en sus mejillas y las bajo por su cuello, hasta sus pectorales, que se tensan. Él me rodea la cintura con sus brazos y me abraza contra él, me lleva a dar unos pasos para atrás y me insta a sentarme en las sabanas, sin dejar de mirarme a los ojos, sin dejar de besare y acariciarme la espalda. Yo estoy ardiendo, molesta por seguir llevando ropa, cuando lo que quiero es sentir su piel contra mi piel.
Levanto los brazo y el intensifica su mirada, pero no sonríe. Traga saliva y me levanta la camisa despacio, dejando mi pecho expuesto. Se queda un rato mirándolos, mirándome y yo me reclino para que tenga mejor vista, él se da cuenta y ladea los labios en una sonrisa picara.
Es curioso, siempre pensé que este momento me daría vergüenza, pero me siento segura con él, además no es la primera vez que las ve.
Sé lo que vamos a hacer y estoy nerviosa, pero he fantaseado demasiadas veces con este momento y estaba deseando que llegará.
Bosco se quita su camisa, luciendo nervioso. Ahora me toca a mi admirarlo a él y su cuerpo es tan...tan bonito. Alargo la mano para tocarlo. Haciendo que su respiración se aceleré. Pareciera que fuera su primera vez, más que la mía, por lo visiblemente nervioso que está.
Cuando llego hasta el principio de su pantalón de pijama tiro de el hacía mi y el se coloca encima mio, sujetando su peso con los codos, para no aplastarme. Cierro los ojos para embriagarme de la sensación de su cuerpo contra el mio, piel con piel. Cuando los abro, él esta haciendo lo mismo.
Los abre y me observa con un brillo extraño en sus ojos y, para mi sorpresa, me da un beso en la frente, en cada uno de mis ojos, en la punta de mi nariz, terminando en mis labios. Es un beso tierno y suave, que me corta la respiración.
Ser consciente de que tengo a Bosco encima mio, de que sus manos me acarician despacio como si fuera a romperme , que me besa con dulzura y dedicación, hace que mi pecho duela, pero no es un dolor malo, uno de esos dolores que te llenan por completo.
Arqueo mis caderas buscando más cercanía y él traga saliva despacio, como sopesando que hacer a continuación, hasta que termina cediendo. Acomoda su erección contra mis partes blandas y yo comienzo a jadear.
- Peque ¿estas segura? - pregunta de nuevo. Yo afirmo con la cabeza - necesito escuchártelo decir.
- Sí - rio. Él tiembla un poco - Bosco ¿estas nervioso?
Bosco apoya su frente en la mía y sonríe tenso.
- Sí, joder, estoy muy nervioso - confiesa en un susurro - perdona, sé que debería llevar las riendas, pero es que se trata de ti, no quiero hacer nada que pueda molestarte.
- Bosco - le acaricio la mejilla - estoy deseando hacer esto contigo. - él me mira - confío en ti.
- Lose - me dice - pero si hago algo que no quieres que haga...
- Bosco - le interrumpo - yo quiero que me lo hagas todo.
- Joder, no deberías a ver dicho eso - dice cerrando los ojos con fuerza.
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El juego del pañuelo [Saga: NOSOTROS]
Teen FictionQue difícil es aceptar que sientes una indecente y colosal atracción por el chico al que has odiado toda tu vida. Qué complicado es estar enamorado locamente de una chica, pero no sentirte preparado para tener una relación seria. Bosco y Alejandra...