No hay 2 sin 3 || KatsuDeku

◇19 - Final ◆

Mientras Katsuki peleaba en el edificio donde vivían, Izuku se sujetaba cual rana a una de las paredes enmohecidas de ese viejo almacén. En cuanto había sido enfocado por Shigaraki fue atacado, por lo que tuvo que responder al instante; sin embargo, su preocupación por el bienestar de All Might, que por suerte no había sido descubierto aún, le hacía más bien escapar de los ataques en lugar de pelear como era debido y terminar por destrozar todo el sitio.

—Patéticos—le dijo Tomura luego de que Skeptic, desde la esquina donde estaba, le permitiera escuchar el audio del vídeo que acababa de transmitir en vivo.

Al primer instante, mientras escuchaba la narración, sintió vergüenza que rápidamente se transformó a tristeza y finalmente en molestia. Si algo no había hecho era detenerse a pensar en lo que los ciudadanos opinarían de él si el hecho de sus mentiras saliera a la luz, sin embargo, en ese momento no tenía tiempo para meditar su sentir.

—¿Qué ganas con eso?—se atrevió a preguntar, mientras que apenas era capaz de esquivar un ataque ajeno—. ¿Crees que eso hará que la sociedad nos odie?

—Lo hará, la gente se deja llevar—replicó Tomura, siguiendo extrañamente la conversación y sin dejar de atacarlo en ningún momento. Dabi, quien se suponía que le ayudaría, estaba al lado de Skeptick riéndose tanto que Izuku juraría que sufriría un ataque en cualquier momento.

—¿Cómo supieron donde vive Kacchan? ¿Cuánto tiempo llevan siguiendonos?—interrogó, escaneando con rapidez el entorno que les rodeaba en busca de algo que le diera ventaja. Quizá ir solo no fue la mejor idea, quizá debió haber hecho caso a All Might y reclutar a Kacchan.

—Déjame explicarlo—intervino Dabi, quien hasta ese momento dejó de reír. El sujeto lleno de cicatrices dejo de ser espectador sólo para, a paso confiado, caminar hasta quedar lo suficientemente cerca como para ser escuchado pero no afectado por la reyerta. Una vez detuvo su fresco andar, se aclaró la voz—. Si algo hay que admitir es que Toga hizo muy buen trabajo, pero si tú no hubieras sido tan idiota como para desviar el ataque no habríamos podido obtener parte de las grabaciones.—El rostro con pecas demostró confusión—. Si no te hubieras metido en esa situación tan patética con el estúpido héroe pelinegro entonces las vecinas no hubieran acudido a televisión a despotricar en tu contra. Intersectarlas esa misma noche fue la cosa más sencilla del mundo, ¿tenías idea de que en la televisora sólo tienen un guardia por entrada a esas horas de la noche? Menudos descuidados.—Otra risa burlona emergió de su garganta—. ¿Sabes? Ellas estaban muy resentidas por una estupidez, ¡como si el peor de los problemas del mundo se redujera a ser rechazadas por dos estúpidos héroes que encima son homosexuales!—Exclamó, con desdén. Izuku, como siempre, lo entendía, realmente un rechazo de ese estilo no se comparaba en nada a todo lo que había vivido Touya y lo había llevado hasta ese punto, pero ahora era lo suficientemente maduro como para saber que ya no tenía salvación y nunca podría cambiarlo; entendía que no podía salvar a todos de la manera que le gustaría—. Sea como sea, sólo hizo falta alimentar un poco esa molestia para que, sin rechistar, terminaran por colaborar con nosotros y se ofrecieran a grabarlos desde un punto tan cercano que ustedes jamás notaron; incluso fueron ellas las que nos avisaron cuando salieron por la mañana a las aguas termales, cosa que nos hizo fácil seguirlos, y también lo hicieron cada que salían al supermercado o al trabajo. No lo parecen, pero están locas, yo que tú no confiaría en cualquiera—añadió con burla—. Igual no es como que puedas seguir haciéndolo, de aquí no saldrás vivo.

—Desviar el ataque fue mejor que no hacerlo—replicó Izuku, fingiendo que por dentro no estaba profundamente molesto por las acciones de sus vecinas y las palabras de Dabi, aunque, bueno, si Dabi tenía razón en algo era en aquello que debía ser más cuidadoso—. Además, invadir a la privacidad de esa manera agrega otro delito a su lista.