"No hay dos sin tres" es una frase que intenta expresar que si algo ha sucedido dos veces la probabilidad de que exista una tercera es alta, da igual si esto es bueno o malo. Para el Wonder duo, el par de héroes más poderoso de Japón, esa era la fra...
—Vaya, entonces... ¿Qué es lo que está sucediendo?
—¿Crees que yo lo entiendo? Maldita sea, sólo hace uno días de repente empezó a jugar y listo.
—¿No les parece eso curioso?—Preguntó Kaminari.
—Curioso me parece que no lo hayamos notado de no ser porque Sero lo dijo—comentó Mina mientras se recargaba en el sofá.
La situación era que, durante una escapada a almorzar en la cafetería de la empresa, Hanta habían notado algo interesante en el comportamiento de su amigo cuando por casualidad se encontraron con Izuku en la barra de la cafetería. La situación, concretamente no había pasado de que el peliverde había robado una fresa del almuerzo del rubio mientras le guiñaba el ojo, sin embargo, Sero, al ser el único en percatarse del asunto no dudó en abordarlo con preguntas en cuanto tomaron asiento a la mesa más alejada de la puerta. ¿Pero quien podría señalarlo cuando necesitaba saber el motivo de la pequeña sonrisa que observó en su amigo cuando el otro tuvo aquel gesto con él?
—¿Entonces...?
—¿Entonces qué, maldita rata eléctrica? ¡No tengo idea de porqué lo hace!
—Pero te gusta—asentó Hanta—. Deberías decirle las cosas de manera clara.
—Yo lo que no entiendo es por qué no lo has hecho todavía—dijo la de cabello rosa—. Sueles ser directo y un descarado, así que...
Mina también robó una fresa de su almuerzo, pero a diferencia del peliverde, no recibió una sonrisa coqueta sino una mirada disgustada y un puchero quejumbroso. La mujer sólo se rió por la reacción que para nada la sorprendía o la asustaba y le llamó "delicado" a manera de burla.
—Sólo estoy esperando el momento adecuado, ¿bien?—confesó con cierto fastidio—. Ahora, cierren el pico y no me molesten más con el tema, que yo sabré que hacer y cuando hacerlo.
Sus amigos se resignaron a preguntar, así que solo terminaron de comer su almuerzo... al final, los cuatro conocían a la perfección al blondo y sabían que hablaba en serio con aquello de esperar el momento perfecto. Además, en el fondo, aunque les parecía un poco chusca la situación -pues, no había que olvidar el tipo de relación que esos dos tenían al inicio-, se alegraban al saber que su amigo por fin había encontrado alguien de interés... aunque más que encontrarlo, realmente parecía que se había encontrado a sí mismo desarrollando sentimientos que jamás se hubieran imaginado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Ya te dije veinticuatromil veces que no dejes las luces de la terraza encendidas si no estás fuera, Kacchan!
Izuku se plantó frente a él con las manos en la cintura y el ceño fruncido, obstruyendo de paso su vista que hasta hace unos segundos estaba enfocada en el vídeo de cocina que veía con atención.
—¡Hey! Quítate que no me dejas ver—señaló después de chasquear la lengua. Él sólo quería aprender a cómo preparar aquellas empanadas que había visto en un programa de televisión esa misma tarde—. Ya no vi que cantidad de agua le echó a la mezcla.