◇ 05 - Buscando pistas ◆

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Llegó a casa alrededor de las siete de la tarde. En una mano cargaba una bolsa con pan y en la otra comida para gato.
Su intención había sido pasar a hacer las compras de regreso a casa, pero un mensaje de Deku asegurando que ya se había encargado de conseguir lo necesario le dejó sin muchas opciones.

Y pese a eso, no se esperó que al entrar a su departamento el pecoso le recibiera con tremenda sonrisa mientras cocinaba. La situación provocaba en Katsuki una genuina sensación de extrañeza, pues habitualmente solo era recibido por Shiroi -cuando quería hacerlo y no se quedaba dormida en el sofá- y la frialdad del departamento, por lo que encontrarse a Izuku en su casa le hacía sentirse como un foráneo en su propio hogar.

—Bienvenido a casa—habló el de ojos verdes como el jade—. ¿Qué tal han ido las cosas hoy?

—Bien. Fue un día tranquilo en la ciudad—afirmó—. Al final decidiste no ir a la compañía.

—Fue decisión de último momento. Decidí acomodar mis cosas y atender mis pendientes, y justo ahora estoy terminando de cocinar.

—Asumo, entonces, que tampoco fuiste a la cita que te programó Uraraka—dijo como cosa de nada, guardando las compras en su respectivo sitio y lavando sus manos para buscar los platos en la alacena.

—¡Oh, no!, claro que fui—respondió y observó al cenizo enarcar una ceja. No se esperaba que Kacchan quisiera saber como le había ido, pero se alegro un poco por eso, pues quería decir que su amistad iba avanzando, un par de años tarde, pero iba avanzando—. De hecho regresé hace como hora y media.

—Me imaginó que salió bien—comentó mientras recordaba su breve intercambio de palabras con Kirishima.

—En realidad no—devolvió el contrario en medio de una risa nerviosa—. Descubrí que estoy mejor solo... al menos por ahora.

El de ojos rubíes se detuvo un momento en medio de su actividad, pensando en lo que pudo haber ocurrido en esa cita para que Deku llegara a esa conclusión. Aunque, siendo honesto, la respuesta le transmitía una pizca egoísta de alegría.

—Es difícil encontrar a alguien que valga la pena en estos días—dijo, siendo desleal a lo que realmente pensaba. Ese comentario, más bien, había sido para observar la reacción del contrario.

—Siempre habrá algo bueno por ahí—respondió, en cambio—. ¿Qué hay de ti, Kacchan?, ¿no estas saliendo con nadie actualmente?

Su vida amorosa era complicada, siempre lo había sido.

Hasta que entró a UA se sintió siempre rodeado de idiotas y después de graduarse se enfocó en construir los cimientos de su vida profesional. Cuando decidió comenzar a salir con personas conoció a quienes no cumplían con sus estándares, otras que fueron falsas e indeseables, y solo un decente por cada mil; claro, aquella escala es una exageración, pero sirve para explicar el punto.

Y además, siempre estaba el factor de su carácter. Desde que tenía memoria había sido de personalidad fuerte y difícil de lidiar; eso era un problema para gran parte de las personas, por lo que más de uno se alejaba casi de inmediato, sin hacer un pequeño esfuerzo por conocerle. Cualquiera se hubiese pensado que eso le afectaría, pero dado a que él rara vez encontraba a alguien que realmente le interesaba, no le importaba en lo más mínimo.

—No, realmente no—respondió finalmente.

—¿De verdad? Juraría qué hay muchas personas interesadas en conocerte—dijo extrañado, decidiendo que comenzaría a servir la comida—. Digo, recibes muchos regalos de fanáticos el día de San Valentin.

No era mentira que la correspondencia de la oficina con su nombre ese día era enorme, pero jamás se compararía a la que recibía Deku. Era comprensible que el pecoso fuese el que más interés despertaba en las personas, al final era alguien fuerte, atractivo, carismático y se había vuelto en el salvador de Japón desde que salieron de UA. ¿Quién no querría salir con él?

No hay 2 sin 3 || KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora