Capítulo 26: Los Paramos Helados

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Cuando los dos grupos de tamers habían conseguido despertar a los guerreros de la tierra y del metal, los empezaron a seguir a los antiguos Digimons por unos pasillos iluminados por antorchas, donde después de haber andado un poco, pudieron ver como el pasillo se abría a una sala, donde ambos grupos se encontraron.

-Parece ser que todos, hemos podido despertar al Digimon que nos habían asignado.-Comentó Max, al ver cómo tanto el grupo de su hermana, como en suyo, habían conseguido despertar a los guerreros legendarios.

-Así es, joven humano.-Le respondió Mercurymon.-Y gracias a eso, ahora solo quedan tres guerreros más por despertar.-Empezó hablar, antes de andar hacia una de las paredes de la sala.-Y este atajo, os conducirá hacia otro de nuestros camaradas.-Les reveló, antes de apoyar su mano en la pared, y que esta empezará a formar un camino.

-Y nos puedes decir, ¿a quién nos encontraremos?-Preguntó Zochitle, al haber visto cómo se formaba el camino.

-Lo siento pero no puedo.-Respondió el guerrero del metal, a la vez que se le dibujaba una pequeña sonrisa.-Que gracia tenía, si os lo dijera.-Revelo, antes de indicarles que empezaran a moverse.

Al ver como no obtendrían una respuesta clara del guerrero del metal, ni de Grumblemon, decidieron despedirse y empezar andar por el túnel, el cual pudieron ver, que era como los demás túneles, pero al llegar al final de este, viendo como se hacía visible la boca de salida, pudieron ver algo extraño.

-¿Eso de ahí, es nieve?-Preguntó Desi, al ver como una fina capa de algo blanco cubría el suelo.

Saliendo corriendo por la emoción de poder ver la nieve, los humanos y los Digimons salieron del túnel para poder ver como todo a su alrededor estaba nevado con bastante cantidad, pudiendo ver como las montañas y los árboles a su alrededor, estaban cubiertos de nieve.

-Es curioso que el camino que hemos tomado, nos haya sacado del desierto, a las zonas más árticas del mundo digital.-Comentó Mario, tras haber revisado el mapa para ver donde se encontraban.

-No lo es.-Negó Bokomon, viendo como los más jóvenes del grupo, junto con los Digimons, estaban jugando con la nieve.-Ya que según cuenta la leyenda, el templo de los guerreros está conectado con todas las partes del digimundo.-Dando la explicación, de como habían podido recoger tanta distancia, en tan poco tiempo.

-No pensaba que eso era posible algo así.-Hablo Mario impresionado, porque pensaba que solo sería posible en la serie o en el manga, nunca pensó que una cosa así fuera posible.

-Bueno es el mundo digital, que podíamos esperar.-Le recordó el heredero del valor, sabiendo por donde marchaban los pensamientos de su amigo.-Pero será mejor que nos movamos, antes de que cojamos una hipotermia.-Advirtió, porque aunque hacia sol y algo de calor, aún hacía bastante frío, y ninguno había traído ropa para este tiempo.

Sabiendo que tenía razón, los mayores del grupo llamaron a los más pequeños para empezar a moverse. Mientras iban andando, se podía ver como el pelo de todos empezaba a cubrirse de una pequeña capa de nieve, al igual que su ropa, donde al llegar a una ladera, pudieron ver un gran pueblo, que se extendía alrededor de un gran horno, por lo que no había nada de nieve.

-Mirar, ahí está el pueblo feria de la hoja de otoño.-Anunció Bokomon, recibiendo una mirada de extrañeza por parte de los humanos, por el nombre tan raro de aquel pueblo.-¿Qué? así es como le pusieron en la antigüedad, antes de que el tiempo cambiara, pero aunque ahora sea así, se decidió no cambiar el nombre.-Les explicó, ganándose un asentimiento por parte de los humanos que habían entendido el porqué del nombre.

Una vez que encontraron un lugar seguro por donde bajar, el grupo emprendió de nuevo el viaje, llegando en poco tiempo pudieron llegar al pueblo, donde al estar a poco distancia pudieron sentir como el calor del enorme horno se empezaba a notar.

Digimon 2 Una Nueva AventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora