Capitulo 12

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Dejo el mando de la play encima del sofá en cuanto escucho el timbre de casa

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Dejo el mando de la play encima del sofá en cuanto escucho el timbre de casa. Estoy aburrido, no voy a mentir. La casa está muy vacía y silenciosa desde que se fueron. Al día siguiente de nuestra discusión se fue de casa y con ella Gala también. Me siento sin una parte menos de mi desde que mi niña se fue. Hace una semana que no viven aquí y parece que hace un año. Obviamente he visto a mí hija, he ido a recogerla todos los días a casa de su madre pero no es lo mismo. Abro la puerta de casa y me quedo sin saber que hacer cuando veo a Vega parada frente a ella.

-¿Podemos entrar?

Miro a Gala, la cual está moviendo sus piernas y manos en sus brazos y sonrió, le acarició la cabeza a mí bebé y los ojos de Vega y los mios se miran fijamente.

-Fede, tu hija pesa.

-Sí perdón, pasad.

Me quito de la puerta dejándolas pasar. En cuanto están dentro cierro la puerta y las sigo. Ella se sienta en el sofá y cuando Gala me ve entrar empieza a dar grititos y a mover sus manitas contenta. Me siento al lado de Vega y cojo a mi hija en brazos.

-Hola mi amor, ¿me has echado de menos?-suelta una risita y le llenó la cara de besos-yo a ti también mi vida.

-La viste ayer Fede.

-Lo se, pero no es lo mismo, echo de menos tener a mi hija conmigo.

-No te la he quitado Fede, simplemente hemos vuelto a casa.

-Pues eso, me la has quitado, la has alejado de mi, de su casa.

-Donde vive ahora también es su casa, ella tiene dos, como todos los niños con padres que no están juntos.

Noto una punzada en el pecho en cuanto escucho eso, yo esperaba que estuviéramos juntos. Vega me gusta mucho, muchísimo a decir verdad. Y sinceramente pensaba que estábamos construyendo algo muy pero que muy bonito. Tenemos en común a una niña preciosa y me encantaría darle a mi hija una familia unida.

-Ya, supongo que tendrás razón-me levanto con Gala en brazos y la miro-ven mi amor, vamos a mandarle una foto a la abuela.

Salgo del salón y busco mi móvil. La verdad es que últimamente no le hago mucho caso. Sólo hablo con Vega y mis padres. Nos hago una foto y en cuanto se la paso a mi madre ella me hace una videollamada.

-Hola ma...

-¿¡Cómo está la princesa de la abuela!?

Gala da un pequeño saltito por el susto pero en cuanto ve a mí madre en la pantalla grita y mueve sus manos. Sonrió al verlas, son dos de las mujeres más importantes de mi vida y me encanta ver a mi madre con Gala.

-No grites mamá, pobrecita la has asustado.

-¡Déjala que se tiene que acostumbrar!

-Pero, ¿porque gritas?-sonrio.

NUESTRA MITAD (Fede Valverde)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora