El pequeño llanto de mi niña me hace abrir los ojos. Sonrió al ver como Fede la saca de la cunita y se la pone en el pecho. Ella poco a poco se calma mientras que su padre le habla y le da caricias en la espalda y la cabecita.
-No se quién de los dos está más agusto.
Fede levanta la cabeza y sonríe cuando me mira. Se levanta y se acerca a mí. Me da un beso en los labios y sonrió. Desde el día que nació Gala nos hemos estado dando besos sin parar. No puedo seguir engañandome a mí misma diciendo que no siento nada por él y que no me gusta cuando no es verdad.
-Buenos días rubia, ¿que tal te encuentras?
-Bien, he dormido de maravilla.
Él sonríe y va ha volver a besarme pero el llanto de Gala nos hace separarnos.
-¿Que le pasa a mi pequeñita?
-Quiere mimitos de mamá-sonrio.
Fede me la pasa y la acurrucó en mi pecho. No la he podido coger mucho porque la cicatriz de la cesárea me duele y es un poco incómodo.
-Al fin hoy nos vamos de aquí.
Miro a Fede y asiento. Nos hemos llevado aquí casi una semana, al ser un parto por cesárea teníamos que estar más días y estoy deseando irme ya.
-Mi padre me ha dicho que hay bastante prensa esperando que salgamos, ¿que quieres que hagamos?
-No quiero exponer a la niña Fede, ya lo sabes.
-Yo tampoco, así que nada, no nos paramos y listo.
Asiento y suspiro aliviada. Se perfectamente que mi hija no va ha tener una infancia normal por quién es su padre pero yo voy a intentarlo y voy a protegerla por encima de todo.
Mi niña comienza a llorar y cuando le pongo el chupete veo que lo mueve insistentemente. Señal de que tiene hambre.
-Llama a la enfermera Fede, pídele un biberón, me da a mí que nuestra gordi tiene hambre.
Él asiente y rápidamente va a llamar a una enfermera. Cuando vuelve me quita a Gala de los brazos y me ayuda a levantarme de la cama y me sienta en el sofá.
-¿Quieres dárselo tu?
-Sí porfavor, quiero sentirme buena madre, casi no he podido estar con ella.
Fede se sienta a mí lado y me acaricia la mejilla, me parece un gesto muy tierno. Últimamente está más cariñoso y me encanta esa parte de él.
-No digas tonterías Vega, eres una madre increíble pero tienes una cesárea en tu cuerpo que te ha impedido moverte.
-Lo sé pero no puedo evitar sentirme así.
-Pues no quiero que lo hagas, eres la mejor madre que Gala puede tener.
Asiento y con mucho cuidado me la pasa. Acunó a mí pequeña en mi pecho intentando calmar su llanto. Le doy un beso en la cabeza y sonrió al olerla. Me encanta como huele.
-Ya mi vida, ya te vamos a dar de comer.
Sonrió al ver como Fede nos mira. Sus ojos transmiten amor y felicidad. Supongo que los míos estarán igual. Esta niña ha llegado a nuestras vidas para hacernos felices.
Le acarició la espalda cuando vuelve a llorar y ella abre los ojitos. En cuanto me mira siento que el mundo a dejado de girar y que lo único realmente importante es la preciosa bebé que me mira con los ojitos muy abiertos.
-Te adora.
Le sonrió y él me da un beso en la frente. No se ha movido ni cinco minutos de nuestro lado. Le pedí que se fuera al menos un rato a descansar a su casa y rápidamente negó. Me dijo que no se movía, que su lugar era junto a nosotras y yo no pude llevarle la contraria.

ESTÁS LEYENDO
NUESTRA MITAD (Fede Valverde)
Fiksi PenggemarVega Torres y Fede Valverde no tienen nada en común pero a la vez lo tienen todo. Esa mitad de cada uno de ellos que los unirá por siempre.