Porchay ha puesto un plato delante de él y Kim sonríe al ver que dibujó una carita sonriente con salsa de tomate sobre su omelette. Cada pequeña cosa que Porchay hace es adorable y Kim no puede luchar en contra de eso ni en contra de su corazón que no deja de cantar la misma melodía que escuchó minutos antes en la habitación de Porchay donde un secreto de magnitudes titánicas fue descubierto ante él alterando su química sanguínea y quizá, hasta la composición de la última de las células de su cuerpo.
Hay una parte de él que está muriendo también por ser sincero con Porchay pero no puede, no se atreve. Una parte suya está rogándole que le haga saber a Porchay que la persona a la que vio cantar en el bar de Yok existe y que de hecho, está sonriéndole como idiota a su omelette mientras Chay dice que siempre se siente feliz al preparar ese platillo. Una parte suya está rogándole que deje de ser un cobarde, que tome la mano de Porchay sobre la mesa y mirándole a los ojos le confiese que él es WIK y que al parecer canta con la voz del amor de su vida.
Pero su lado más racional, ese que siempre gana cualquier tipo de discusión interna le dice que debe calmarse. Que primero debe ordenar sus emociones porque todo dentro de él es un desastre. Kim sabe, por ejemplo, que una persona no puede sentir lo que él siente en una semana pero todo es tan intenso. Kim sabe que quizá sus hermanos no verán con buenos ojos que les diga que Porchay le roba el aliento y le hace sentir un zoológico entero en el estómago cada que sus ojos se posan en él. Kim sabe que no debe, que no puede aprovecharse así de la confianza que Porsche y sus hermanos pusieron en él para cuidar de Chay pero demonios, esa melodía insidiosa está levantando marejadas dentro de su corazón y Kim no sabe cómo calmarlas.
No sabe qué hacer. No quiere hacer nada más que quedarse ahí, mirando su desayuno como si fuera la octava maravilla del planeta. No quiere hacer nada más que escuchar la voz y la risa de Porchay a su alrededor, haciendo que la música que lo rodea se funda con ellas como si se tratara de una canción que produce un estado de hipnosis que te hace sentir el hombre más afortunado del universo. No, Kim no entiende nada, no puede procesar nada pero demonios, jamás se había sentido tan emocionado, tan fuerte y a la vez frágil, pequeño y asustado.
Y saber que todo eso fue causado por las palabras de Porchay es increíble. La existencia de una persona jamás lo había afectado a tal grado pero es así. Kim sabe que debe intentar tranquilizarse pero la canción sigue sonando en sus oídos y parece que no se calmará hasta que él descubra de dónde viene pero sabe que la sonrisa se borrará de los labios de Porchay si empieza a decir que está escuchando una melodía fantasma que parece estar brotando ahora mismo del piano que el chico tiene en su habitación.
—No has probado tu comida, P'Kim— dice Chay, y Kim posa sus ojos en él y la melodía suena con más nitidez ahora.
Es el sonido de un piano triste, de un piano que envía el mensaje de un alma que anhela encontrarse con otra. La canción es cálida porque a pesar de la nostalgia hay un poco de esperanza en cada nota y Kim siente una vez más que escuchó esa canción antes, mucho tiempo atrás. Esa canción viene de lejos, como si viniera de un recuerdo. Esa canción es la memoria perdida de algo importante, de algo que ruega por ser visto una vez más.
—No me atrevo— dice Kim intentando mantenerse fuerte aunque las ganas de dejarse llevar por la melodía son terriblemente fuertes—. Es demasiado lindo, no quiero arruinarlo.
—Toma una foto, es lo que hago cuando algo me parece lindo— dice Chay riendo alegremente—. De hecho, ¿quieres que nos tomemos una foto juntos? Se la enviaré a Porsche, le diré que estoy cumpliendo con mi deber como un anfitrión modelo.
Kim sonríe sin poder evitarlo y asiente mientras extiende su teléfono hacia Chay quien lo toma en seguida, abre la cámara y dispara varias veces para poder capturar la imagen perfecta de los dos mientras sostienen el plato del desayuno entre sus manos. Y Kim tiene que hacer acopio de todas sus fuerzas para no cerrar los ojos y desvanecerse porque la cercanía de Porchay eleva el volumen de la música y todo es demasiado intenso. Es como si la cercanía de Porchay fuera un altavoz que amplifica las notas de la canción de forma poderosa.
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Samsara
FanfictionEl término sánscrito Samsara se traduce como "vagar sin rumbo". Samsara es el concepto de reencarnación, una existencia cíclica donde nuestro espíritu o alma individual está atrapada en una rueda sin fin de vida, muerte y renacimiento. En medio de e...