Sailom tiene una mirada tranquila en sus ojos que en seguida calma los corazones de Kim y Chay quienes caminan vestidos de blanco hacia él. El hombre los espera en la entrada de la cúpula de cristal donde una vez, hace meses, aunque en realidad se siente como si hubiera sido una vida atrás, Kim besó por vez primera los labios de su amado.
Los dos chicos caminan lentamente, hay coronas de flores sobre sus cabezas. Chay está tomando a Kim del brazo, un gesto que se ha hecho costumbre debido a la fragilidad de las manos de Kim quien procura no darle demasiada importancia al asunto a pesar de que apenas puede sostener ciertas cosas con sus dedos sin causarse dolor. Sí, han pasado más de tres meses desde aquel horrible episodio en el almacén abandonado y el muchacho sabe que tendrán que pasar más meses, quizá años, antes de poder sentarse al piano o tocar la guitarra de WIK.
Pero, aunque Kim sabe que su familia lamenta de forma terrible que Kim haya tenido que cambiar la música por horas y horas de terapia física, Kim no tiene ganas de quejarse porque esta vez está vivo y nadie le arrancó a Porchay de su lado. Una sonrisa triunfal se dibuja en sus labios porque en realidad Kim no lamenta nada. Esa vida donde tiene que luchar día a día por recuperarse no es tan mala, no cuando Chay está a su lado diciendo que todo estará bien y tocando para él todas las canciones que Kim quisiera producir. La verdad es que no mintió al decirle a Macau que la única música que él necesitaba estaba en el ser de Porchay.
—Tienes la sonrisa de aquel que se enfrentó al destino y salió victorioso— dice Sailom a modo de saludo después de que Kim y Chay se inclinaran ante él.
—No voy a dejar de sonreír mi vida entera— dice Kim haciendo que su sonrisa se contagie también a Porchay—. Estoy vivo y el amor de todas mis vidas camina a mi lado.
—Y eso es lo que has querido en todas esas vidas, ¿no es cierto? — pregunta Sailom sin dejar de sonreír.
—Ese ha sido mi más profundo deseo desde la primera vez que nuestras almas se encontraron— dice Kim—. Y ese seguirá siendo mi deseo hasta el día que mi alma abandone esta tierra.
—Bendigo el amor de tu corazón— dice Sailom—. Bendigo tu coraje y tu fe, pero debemos hacer esto como se debe así que, por favor, Kimhan y Porchay, sean bienvenidos, tomen asiento y bebamos un té.
Kim asiente y le indica a Porchay que se siente sobre la hierba donde Sailom ha dispuesto una mesa pequeña sobre la que están una tetera humeante, así como tres tazas de porcelana color marfil. El aroma del te es fuerte y algo dulce. Las flores de esa primavera adornan el mundo y parecen unirse también a esa ceremonia de bendición que Kim insistió en tener a pesar de que sus hermanos le dijeran que desde el momento en el que había recibido todo el dolor que Macau quiso causarle sin enfrentarse a él, la maldición se había roto para siempre pues Kim había evitado sucumbir a la rabia asesina de todas sus demás vidas.
—Porchay, ¿quieres servir el té? — pregunta Sailom con amabilidad—. Ofreceremos cada gota como ofrenda a los dioses y como muestra de nuestra humildad y agradecimiento. A ti te bendigo por tu generosidad y por tu disposición al cuidado de aquel a quien más amas, bendigo tu amor y tu ternura pero también tu valentía. Tu corazón es suave pero también arde con el fuego del coraje y de la pasión. Beberemos en tu honor y brindaremos por este nuevo comienzo para ti y para tu amado.
—Compartir esta bebida con ustedes es un honor para mí— dice Chay con una sonrisa y sus manos preparan y sirven el té de forma experta porque el joven ha estado practicando para esa ceremonia con su madre por días y días—. Acepto tus bendiciones, Khun Sailom, con humildad y alegría. No hay nada más que agradecimiento y dicha en mi corazón.

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Samsara
FanfictionEl término sánscrito Samsara se traduce como "vagar sin rumbo". Samsara es el concepto de reencarnación, una existencia cíclica donde nuestro espíritu o alma individual está atrapada en una rueda sin fin de vida, muerte y renacimiento. En medio de e...