XIV

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—¿En serio estás bien?— pregunta Chay un tanto preocupado.

—Claro que estoy bien, ángel, ¿por qué lo preguntas?— dice Kim mientras disfruta de sus últimos momentos con Chay de ese día.

Los dos están tomados de la mano en el jardín de Chay mientras intentan despedirse después de haber compartido una tarde de verdad agradable con la familia Kittisawat.

—Has estado muy serio desde que volví con Porsche— dice Chay y Kim se siente un poco idiota por haber dejado que sus preocupaciones sin fundamento fueran visibles para Chay—. Sé que nos tardamos un poco más de lo que te había dicho pero Hia insistió en comprar comida del restaurante favorito de Kinn para ti y bueno, quizá también te molestó que te dejé solo con mamá cuando tenías que hacer cosas más importantes.

—No es por eso, lo que pasa es que me siento un poco abrumado ya que Khun me recordó la montaña de deberes que tengo que hacer empezando mañana— dice Kim sin gana alguna de preocupar a Chay con lo que descubrió el día de hoy en los dibujos de la madre del joven—. Me temo que no podré verte tanto como me gustaría, ¿sabes? La siguiente semana es el ensayo de la ceremonia de bodas de nuestros hermanos y antes de eso debo dejar todo en orden con los pendientes del concierto también. Será horrible, muy horrible.

—¿Me vas a extrañar mucho?— dice Chay y Kim lo abraza a sí con mucha fuerza.

—Ya te extraño ahora mismo— dice Kim suspirando con algo de tristeza— ¿Crees que tus padres se enojen conmigo si vengo a visitarte antes de que vayas a dormir? No creo poder soportar estar lejos de ti una semana entera, no ahora.

—Ni yo y no creo que nadie se enoje si quieres verme y yo también quiero verte— dice Chay—. Voy a extrañar ensayar contigo en el conservatorio pero también debería preocuparme un poco más por los exámenes de este periodo.

—Te irá bien en esos exámenes, ya verás— dice Kim sin soltarlo—. Será una semana ocupada pero después de eso y de la boda, todo será normal y podremos escapar a algún sitio solo tú y yo.

—¿En serio podemos escaparnos de todo?— pregunta Chay y a Kim le encanta ver un brillo travieso en su mirada.

—Claro que sí, déjamelo a mí— dice Kim pensando en que la idea de estar con Chay lejos de todo el mundo será su motivación durante toda esa semana—. Aunque tendremos que llevar a un grupo de guardaespaldas con nosotros, no podemos arriesgarnos. De hecho, ángel, Pol será tu guardaespaldas a partir de hoy ¿está bien?

—Tendré que acostumbrarme, sé que tenemos que hacer todo esto para que nada malo pase— dice Chay con una sonrisa llena de confianza—. No quiero que te preocupes por mí, te juro que seré cuidadoso.

—Lo sé, mi ángel— dice Kim acariciando su rostro para después besarlo con suavidad—. Confío en ti, todo estará bien. Y ahora, aunque me gustaría quedarme contigo otra vez, tengo que irme. Te veré mañana tan pronto como termine con algunos de los pendientes ¿está bien?

—Estaré esperándote— dice Chay con una sonrisa llena de esperanza—. Sueña conmigo, ¿sí?

—Por supuesto, ángel, soñaré contigo y será el sueño más hermoso que haya tenido jamás— dice Kim y Chay lo besa de nuevo.

Y sí, la despedida se alarga por varios minutos porque ninguno de los dos parece ser capaz de separarse del otro. Kim sabe que debe dejar de comportarse de ese modo y que al ser el mayor de los dos debe recordar que los dos están fuera de la casa de Chay y que sus padres y su hermano mayor deben estar esperándolo para hablar con él antes de la hora de acostarse pero bueno, es difícil. Siendo honesto, después de pasar dos días completos junto a Chay ahora mismo es impensable poner distancia entre los dos. Los labios de Chay son tan suaves y ahora mismo se abren para él y Kim puede delinearlos con su lengua y ese beso no debería estar ocurriendo porque vamos, los guardaespaldas deben estar cerca también pero todo es tan cálido y tan placentero. Las manos de Chay aprietan su cintura y las manos de Kim se enredan en el cabello del otro chico y no puede calmar la sed de él, es imposible. Quisiera poder llevarlo de nuevo a su departamento y repetir una noche más de besos, eso es lo que quiere.

SamsaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora